En una discusión no intervienen la lógica y/o razonamiento, es solo una pelea. Es por ello que cuando uno se ve envuelto en una no importa quién tiene razón, lo que importa es quién vencerá.
Cuando se desata una discusión, solemos olvidar los buenos argumentos, lo único que queremos es ganar, para no admitir que la postura del otro se imponga a la nuestra.
Un estudio de 2004 del psicólogo Drew Westen, autor del libro "The Political Brain", determinó que “cuando se inicia una discusión, la persuasión se detiene”.
El estudio se llevó a cabo durante la campaña electoral estadounidense de ese año. Los investigadores tomaron resonancias magnéticas a partidarios de George Bush y John Kerry mientras veían videos en que su candidato predilecto se contradecía a sí mismo.
Los especialistas notaron que mientras estas personas observaban a su político favorito contradecirse, la parte del cerebro encargada de la razón y la lógica se fue apagando, mientras la zona que se ocupa de los ataques hostiles se activó.
Esto es porque en una discusión no intervienen la lógica y/o razonamiento, es solo una pelea. Es por ello que cuando uno se ve envuelto en una no importa quién tiene razón, lo que importa es quién vencerá. Esto debido a que nadie quiere admitir que está equivocado ya que su propósito final es ganar a como dé lugar.
Según los expertos, para ganar una discusión lo primero es preguntarse "¿cuál es mi objetivo real?" y de acuerdo a ello, buscar una salida. Las tres posibles respuestas son: "Quiero influir en ellos para hacer las cosas a mi manera". "No sé por qué estoy discutiendo, pero de alguna manera terminé aquí" y "Quiero demostrar que están equivocados".
En la galería que acompaña la nota, conoce cinco consejos que el gurú de la persuasión, Robert Cialdini, recomienda para convencer a alguien de forma efectiva.
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