La versión para celulares del popular MOBA ha llegado oficialmente a Latinoamérica buscando crear una comunidad intensa y competitiva. No la tiene fácil, pero Wild Rift está lista para intentarlo.
Tras años de espera, y decimos años porque los clones salieron desde hace tiempo atrás, Riot Games ha lanzado oficialmente League of Legends: Wild Rift, una versión creada desde cero para celulares de su popular videojuego League of Legends.
Ya disponible para Android y iOS en Latinoamérica como versión beta abierta, Riot Games nos permitió jugar con unos días de anticipación Wild Rift y, junto a creadores de contenido fanáticos de League of Legends de la región, probar esta nueva experiencia. ¿Cumplirá nuestras expectativas?
Un triple A de gran diseño
De primera mano, League of Legends: Wild Rift se siente cómodo y, claro está, se siente un producto basado en la experiencia de PC.
El ser creado desde cero hace que el juego luzca bien en gráficas desde la pantalla principal. Riot Games no tenía que inventar nada, porque el modelo ya está producido, pero, aun así, le dio detalles únicos al juego que lo diferencia de otros MOBAS de celular como Mobile Legends y hasta Arena of Valor. No se nota lo genérico, pero es también porque League of Legends ya es una IP consolidada.
En un mercado donde ya hay muestras claras de grandes gráficos como Genshin Impact, League of Legends: Wild Rift no se queda atrás con un apartado visual resaltante y que el jugador amante de Lol disfrutará y que el nuevo usuario se interesará por conocer.
Y otro punto diferencial es su competitividad.
Mucho más competitivo que otros juegos de celular
League of Legends se trata de sinergias entre cinco compañeros de equipo y la sensación no se pierde en esta nueva versión. Crear jugadas en las teamfights sigue siendo el punto fuerte del juego, ese momento que te hace sentir como todo un profesional.
En ciertos momentos, el combate es complicado porque es una nueva plataforma. Los clics en el teclado y el mouse ahora se mudan a una pantalla táctil, donde se deben dirigir a través de pequeños deslizamientos.
La jugabilidad de los campeones es, en base, la misma, pero algunos campeones han adecuado algunas especialidades a la versión móvil. El caso ejemplar es el taunt de Ramus, el cual ahora salta e impacta contra el enemigo.
Como en su símil de PC, hay campeones fáciles de aprender y otros que necesitan una curva más amplia. Wild Rift no tiene a los más de 100 campeones en su jugabilidad y es porque aún se están adecuando a esta nueva interfaz.
Pero no es perfecto. Al jugador le bastará buen tiempo saber qué hace cada ítem. El jugador verá recomendaciones de compra en su pantalla y, por la misma rapidez del juego, no se detendrá (inicialmente) a leer sus implicancias.
Algunas habilidades serán un poco molestas de usar. Yo aún no me acostumbro a usar en flash de manera ofensiva, para posicionarme y atacar de manera segura.
Y, en balance, siempre habrá campeones rotos. Los primeros que he visto son Akali y Maestro Yi (qué sorpresa).
Para un juego móvil multiplayer no hay conclusiones en una reseña: es un modelo que va cambiando constantemente para mantener contento a su comunidad. Sin embargo, League of Legends: Wild Rift ha comenzado con el pie derecho, con distintos detalles que los fanáticos sabrán valorar y una curva de aprendizaje que te hará sentir todo un profesional en tu celular. Un juego que, con los movimientos oportunos, podrá convertirse en un monstruo en teléfonos como ya lo es para PC.
(Jugado en un Redmi Note 8 Pro en gráficos altos a 60 fps)
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