Trek to Yomi es el lanzamiento más esperado de videojuegos en mayo. Sin ser perfecto, se luce con un aspecto gráfico resaltante y una historia basada en el mundo oriental.
Desde que fue anunciado en 2021, Trek to Yomi se convirtió en el centro de interés de los aficionados a las joyas de la industria independiente de los juegos por su singular estética: un mundo 2D en blanco y negro que ponía en relieve nuevamente al Japón feudal, pero de una forma muy distinta al resto de intentos.
Tras una espera que se hizo larga, el título, desarrollado por Flying Wild Hog y publicado por Devolver Digital, llegó este 5 de mayo a PlayStation, Xbox (gratis si eres suscriptor de Game Pass) y PC. En Progamer ya lo hemos jugado y podemos contestar una pregunta: ¿Es Trek to Yomi un juego recomendado o solo nos dejamos agradar por su belleza visual?
Reseñado en PC
Historia
Trek to Yomi nos pone en la piel de Hiroki, un joven aprendiz samurái, en un Japón de ambientado en el período Edo. Él es marcado en su vida luego de ver como su sensei, Sanjuro, es asesinado por un grupo de bandidos, jurando defender a los suyos, pero también con la necesidad de vengar su caída.
Este suceso es el que marca el inicio de nuestras aventuras y es la indecisión que gobernará el recorrido de Hiroki hacia el Yomi (inframundo para el sintoísmo o el infierno para el budismo japonés), donde nuestro personaje tendrá que escoger entre la venganza, el deber o el amor que tiene hacia Aiko, la hija de su maestro.
La historia no es complicada de por sí, pero las cuestiones morales en nuestro protagonista le dan un grado más profundo a su desarrollo. Por ello, pese a ser un juego casi lineal, la toma de decisiones hasta en tres oportunidades harán que el jugador se cuestione qué escoger para Hiroki y pueda sacar uno de los distintos finales que nos presenta la narrativa, hecho que también incentiva a la rejugabilidad.
Como personajes, los tres nombres escritos se muestran potentes en pantalla, relacionándose a lo largo de la historia y marcando algunas escenas memorables. Los villanos también tienen lo suyo, siendo rostros que veremos en más de una ocasión durante nuestro primer run (que puede durar en promedio, 6 horas).
La trama no es el punto máximo del juego, pero se desenvuelve con naturalidad y con un par de grandes plot twist llega a convencer como si de una película se tratara, particularidad del que hablaremos más adelante en el apartado técnico. Ojo, que esto no te confunda: no por ello está gobernado de cinemáticas. Hay las necesarias, como al introducir un enemigo o algunas escenas en particular, pero no cubre gran parte de nuestra travesía.
Punto extra cabe decir las referencias a Akira Kurosawa, cineasta nipón del que el director de Trek to Yomi, Leonard Menchiari, se inspira de sobremanera. En lo particular, no lo conocía, pero tras terminar el juego me aventuré e inicié con clips y partes de sus obras.
Jugabilidad
El sistema de combate del juego me hace recordar al Príncipe de Persia original (con la estética de un Ghost of Tsushima), pero tomando detalles extras como un sistema de stamina y vida, además del parry, pareciéndose a un mini Sekiro: Shadows Die Twice.
Como jugadores, tendremos un botón para golpes ligeros y otros para golpes pesados, además de uno para girar de sentido y otro para bloquear y desviar ataques. Con ellos, tendremos que hacer frente a los bandidos realizando combos que iremos aprendiendo en el camino. Algunos se nos presentarán directamente antes o después de algún enfrentamiento, mientras que otros se tienen que descubrir en medio de la exploración.
Este hecho me agrada, pero a la vez no me convence. Muchos ataques pueden ser no vistos durante el recorrido, teniendo que realizar otra partida para encontrarlos. Pero a su vez, no es necesario que tengas todos para poder pasar el juego: si realizar una buena defensa y desestabilizas la posición del rival, podrás derrotarlo en un solo par de katanazos. A su vez, hubiese preferido que el propio jugador pueda seleccionar los que desee en el árbol de habilidades que vaya desbloqueando con el paso del tiempo.
También tendremos la opción de tener armas a distancia: un shuriken, un arco yumi y un mosquete ozutsu. ¿Útiles? Sí.
Existen siete misiones y, en ellas, por lo menos en dos se sienten repetidos los tipos de enemigos. Pudo haber mayor variedad, lo cual hubiese sido más enriquecedor, pero termina por cansar ver algunos rostros similares. Eso sí, las peleas contra jefes son muy llamativas y épicas, con una presentación única y en escenarios que resaltan los combates.
En algunas secciones podremos ir por un pequeño camino paralelo que nos permitirá realizar emboscadas con objetos del entorno a los enemigos. Resulta importante señalarlo porque nos da pie para hablar de la dificultad. ¿Es Trek to Yomi difícil? No. Cuenta eso sí, con tres niveles y posiblemente el último sea el más complicado, pero no será un tema de sufrimiento extremo. Necesitas aprender los combos que realiza cada tipo de enemigo y podrás pasarlo sin mayores sobresaltos. Y en el caso que mueras, contarás con distintos santuarios que nos servirán de checkpoints en el recorrido: sirven como guardado de la partida y también como punto de refresco de nuestra vida. Detalle a tomar en cuenta es que si terminas un primer run, podrás desbloquear una cuarta dificultad en la que mueres de un solo golpe, por si deseas mayor desafío.
La jugabilidad de Trek to Yomi nos manda a explorar los escenarios de manera casi lineal, pero impulsando mucho la exploración en distintas escenas gobernadas por una exquisita cámara fija que, aunque en oportunidades hizo que me topara con los bordes del escenario, cumplió de sobremanera su papel.
Para recompensarnos, el título nos permite encontrar frascos que mejorarán nuestra vida y resistencia, cargas y nuevos máximos para nuestras armas a distancia y coleccionables que contarán mucho del contexto japonés y que enriquecerán la inmersión para los jugadores que deseen. Eso sí, creo que tiene un pero que podemos discutirlo en la siguiente sección.
Asimismo, contamos con algunos puzles en escenarios puntuales en el yomi. Son sencillos, pero le añaden cierta ‘frescura’ al mundo que, en algunos momentos, puede resultar algo monótono.
Apartado técnico
Ahora sí, hablemos del punto más fuerte del juego: su apartado gráfico.
Trek to Yomi es una delicia visual para el jugador. Está muy bien trabajado en ambientación, con aldeas ricas en detalles y con un blanco y negro que encandila ni bien iniciamos la partida. Debo decir que es su punto más fuerte.
Añadiendo a una idea anterior, las cámaras fijas no son inmóviles como tal, sino que cambian de ángulo dependiendo de la escena, lo cual incrementa esa sensación de estar en una película. Hay enfrentamientos en las que tienes el punto de vista de un campesino, otro en el que parece que estuvieras en el bosque y varios etcéteras que me han dejado más que a gusto con el juego.
El lado gráfico va muy bien acompañado de una melodía realizada con instrumentos propios de la cultura japonesa, lo cual enriquece perfectamente la experiencia.
Y si debemos hablar de diálogos y detalles, el juego está completamente en japonés: los menús están en su escritura (obviamente con su traducción en español al lado), además que los personajes dialogan en este idioma (con sus subtítulos debajo). En momentos, sentía que ya no estaba en una oda a una película, sino a un anime. Perfectos detalles que incluso me hicieron recordar a la época de la PS1 cuando compraba discos que venían en este idioma.
Pese a ello, tiene algunos puntos de mejoría. Aunque contados, algunos ambientes son borrosos o confusos y no sabes donde comienza o donde termina la sección. Debes tener buen ojo para encontrar los posibles cuartos secretos y no perder ningún coleccionable.
Asimismo, un detalle que tampoco me agradó fue el hecho que, en las secciones de combate, los bandidos tengan diálogos que se corten bruscamente porque nuestro personaje dio un paso de más. Te sacan rápidamente del enfoque que va logrando el juego.
¿Vale la pena Trek to Yomi?
De manera corta, sí. Debo decir que esperaba mucho más del sistema de combate, pero considero que el apartado técnico y su historia me hicieron disfrutar el juego hasta el final. Pese a que tiene un margen de mejora, Trek to Yomi sabe distinguirse del resto de títulos con temáticas similares y sé que puede convencer a más de un jugador indeciso, además ofreciendo rejugabilidad para más horas de juego.
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