Los más resaltantes son el temblor asimétrico, la rigidez y la lentitud en diversas partes del cuerpo.
Cuerpo y Alma
El Parkinson es más común en las personas de 65 años de edad en adelante.
Los síntomas de la enfermedad del Parkinson se confunden fácilmente con dolencias pasajeras como temblores de mano leves o contracturas musculares. El Día Mundial del Parkinson promueve que las personas se sometan a un examen médico para saber si sufren o no este mal incurable.
A partir de los 65 años una persona es más propensa a padecer esta enfermedad degenerativa. Sin embargo, también es posible que se halle en jóvenes de 20 años. ¿Cómo reconocerla? El neurólogo Danilo Sánchez y la geriatra Karen Bustamante exponen cinco síntomas que deben preocupar al paciente.
Temblor asimétrico. “No todo temblor es Parkinson”, señala Sánchez. En este caso, el síntoma se presenta como un movimiento disparejo. Mejora cuando el paciente está relajado y empeora cuando tiene emociones fuertes. Es importante reconocer que no todos los temblores son síntoma de Parkinson. El consumo de medicamentos como los antipsicóticos también causa movimientos involuntarios que se asemejan.
Por ejemplo, el síndrome parkinsoniano no es Parkinson, pero tiene características similares. El primero altera otra parte del cerebro y además produce desmayos, problemas en la presión arterial y alucinaciones.
Por otro lado, es muy probable que no sea Parkinson cuando el temblor es en las dos partes del cuerpo. “Por ejemplo, si aparece en la pierna izquierda y derecha a la vez se trata de otro tema físico”, señala el neurólogo.
Rigidez del cuerpo. La geriatra Karen Bustamante identifica a este síntoma como “una resistencia de los músculos al movimiento pasivo de las articulaciones”. Esto efecto se identifica con dos ejercicios. El primero es el signo de la rueda dentada: se mueve la muñeca en forma circular y conforme va girando también se va deteniendo; la persona nota cierta dureza o inflexibilidad. El segundo es cuando el paciente se palpa la glabela, la parte de la entreceja, y no parpadea.
Lentitud. El paciente camina arrastrando los pies y su marcha es pausada. Su escritura y su habla también se hacen más lentas. Según los especialistas, una persona con Parkinson menospreciaría este síntoma; piensan que su fuerza ha disminuido.
A veces los pacientes se realizan una tomografía y el tono muscular revela detalles que confunden a la enfermedad con una contractura muscular. Luego se dan cuenta que el movimiento continúa con el tiempo y regresan a hacerse pruebas.
Desequilibrio. La coordinación falla como nunca antes y con esto también se presentan problemas de equilibrio del cuerpo. Hay más riesgo de caídas y la dificultad para sostenerte en pie aumenta. Una persona con Parkinson no puede pararse de una silla y tienen continuas caídas.
Estreñimiento. Si hay mucho esfuerzo para realizar la digestión suma a un síntoma más del Parkinson. Este ocurre porque todos los órganos se deterioran producto de la enfermedad. Los especialistas no toman a este síntoma como el más resaltante del Parkinson. Según los expertos, la falta de fibra en el cuerpo también puede causar problemas en el sistema digestivo. En el caso que persista y se presenten otros síntomas, se debe consultar a un médico.
Los tres primeros síntomas son señales claras de padecer Parkinson. Esta enfermedad no tiene cura, pero sí existen medicinas que mejoran los síntomas. La Biblioteca Nacional de Estados Unidos señala que los casos severos se someten a cirugías o estimulan el cerebro con electrodos implantados en el órgano para mejorar el control de los movimientos.
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