La memorización quedó atrás. Ahora existen otras maneras de retener información: repasamos las técnicas más efectivas para ayudar a los niños en sus primeros días de clases
Vivir bien
Una práctica en vivo, una representación dramática o una tutoría son prácticas de retención de información que tienen un 90% de efectividad.
Los padres se frustran cuando sus hijos no logran llegar al promedio de notas esperado y luchan por enseñarles a resolver sus tareas con presión y a veces con gritos. La fórmula secreta para solucionar este problema, sin embargo, puede resumirse en tres palabras: métodos de estudio.
Un artículo publicado por el Chadron State College de Nebraska recopiló diez pautas de estudio de estudiantes en universidades en Standford, Indiana y Chicago. Estas parten con la importancia de una organización de tareas en un horario de estudios estricto; es decir, a la misma hora, en el mismo lugar, cada día. Además, el instituto estadounidense recomienda estudiar dos horas al día, adicional al tiempo de clases.
De acuerdo con la psicoterapeuta de niños Teresa Pacheco, un joven con déficit de atención nunca se cura. Es necesario enseñarle a que él mismo elabore su horario.
“El problema del niño con déficit de atención es que se distrae con facilidad. Si lo pones en una mesa con todos los materiales que necesita, podría empezar a tajar y quedarse todo el día tajando el lápiz. Entonces los padres tienen que organizarlo. Por ejemplo, con un horario grande pegado a la pared, apuntándole todo lo que tiene que hacer en un cuaderno y acostumbrarlo a que ande con ese cuaderno. Eso perdurará hasta que sea adulto”, indicó.
El artículo del Chadron State College indica además en una de sus pautas que se debe “mantener ese cuaderno bien conservado”, pero según Pacheco, algunos niños distraídos rara vez logran concentrarse con “cuadernos lindos”, de muchos colores o calcomanías de personajes.
Otro método mencionado por el instituto es el de los 'Trade secrets', el cual consiste en escribir palabras clave en tarjetas blancas y repartirlas por todos los espacios más frecuentados, por ejemplo la sala, el baño, el escritorio, la guantera del auto, etc.
MÁS ALTERNATIVAS
La repetición es una técnica clásica de estudio que ayuda a fijar el conocimiento, pero los aprendizajes modernos ya no toman ese camino porque desmotiva al niño, quien aprende más cuando el tema es significativo para él o cuando siente que está descubriendo algo.
Para el psicólogo clínico Christian Martínez, la curiosidad es algo fundamental en la educación de un menor. “Además, la dificultad para encontrar el método de estudio es influida por otros factores. Por ejemplo, en si el joven es una persona muy rígida o si viene de una familia disfuncional”, señala.
Los fracasos académicos ocurren a menores con problemas de concentración y que presentan el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), según estudios realizados por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
El sistema nervioso de niños con este trastorno no puede procesar muchos estímulos a la vez, ya que sus procesos neuroquímicos impiden que se centre en más de uno, según comenta Pacheco. En su experiencia, ha visto problemas tan críticos que deben ser derivados a un neurólogo.
El diagnóstico de un neurólogo se hace en base a exámenes específicos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales del DSM-5 (American Psychiatric Association). En este caso, los niños reciben medicación, una que es mayormente recetada es el Ritalin. Esta debe ser estrictamente indicada por un especialista para su consumo.
Actualmente, la información se consigue con un chasquido de Google, por lo que el aprendizaje moderno busca la forma de retener conocimientos para que luego el niño aprenda a resolver problemas, mas que a memorizarlos.
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