Los ácaros son organismos microscópicos que pueden habitar en distintos espacios del hogar y afectar la salud de quienes lo habitan. Conoce por qué es importante identificarlos a tiempo y aplicar medidas de higiene adecuadas para su control.
Los ácaros son organismos microscópicos que se esconden en diversos espacios del hogar, como colchones, sillones y muebles tapizados. Aunque no son visibles a simple vista, su presencia es habitual y puede desencadenar importantes problemas de salud, especialmente en personas con alergias, afecciones respiratorias o asma. Así lo advierte el especialista en limpieza Percy Arévalo, quien destaca la importancia de una correcta higiene en el hogar para prevenir la proliferación de estos agentes nocivos.
Contrario a lo que muchos creen, tender la cama todos los días no garantiza la eliminación de los ácaros. Según Arévalo, la clave está en realizar un mantenimiento periódico de colchones y sillones. En hogares con mascotas, se recomienda limpiar y desinfectar estos muebles cada tres meses. En caso de no tener animales, el procedimiento puede hacerse cada seis meses. La presencia de perros o gatos que duermen en camas o sillones incrementa la acumulación de residuos orgánicos, como pelos y células muertas, lo que favorece el ambiente ideal para los ácaros.
Arévalo mencionó en el programa Encendidos, de RPP, que estos microorganismos se alimentan principalmente de los restos de piel que el cuerpo humano desprende, especialmente durante el sueño. Considerando que pasamos cerca de un tercio de nuestra vida sobre un colchón, este se convierte en uno de los espacios más propensos a su proliferación. Los ácaros suelen ocultarse en los pliegues y costuras del colchón, y su presencia está asociada a síntomas como estornudos matutinos, escozor en la piel o dificultad para respirar.
Para mantenerlos a raya, una opción accesible es el uso de bicarbonato de sodio. Aunque no es un producto que elimine por completo a los ácaros, ayuda a mantener la superficie más seca y limpia, dificultando su proliferación. Se puede esparcir sobre el colchón, dejar reposar durante unas cuatro horas (opcionalmente cubierto con un plástico para evitar que se disperse), y luego aspirar cuidadosamente. Este procedimiento puede realizarse cada tres meses como parte del mantenimiento básico.
El especialista también sugiere una receta casera más profunda para desinfectar colchones o sillones: mezclar dos cucharadas de bicarbonato, una cucharadita de pasta dental, una tapa de detergente líquido, cuatro tapas de agua oxigenada y agua caliente. Con un paño humedecido en esta mezcla y la ayuda de una plancha a vapor, se puede realizar una limpieza por zonas.
Detectar la presencia de ácaros puede ser difícil, ya que no se ven a simple vista. Sin embargo, si una persona experimenta alergias en la piel, congestión nasal sin causa aparente o estornudos frecuentes al despertar, es posible que haya ácaros en el ambiente. Durante el verano, una medida complementaria consiste en exponer los colchones al sol por ambos lados, lo que ayuda a reducir la humedad y eliminar parte de estos microorganismos. Aun así, esta técnica debe ir acompañada de una limpieza regular.
Otra herramienta preventiva es el uso de protectores antiácaros para colchones y almohadas. Estos accesorios funcionan como barreras físicas que impiden la entrada de ácaros en las costuras o pliegues, prolongando la vida útil de los muebles y mejorando la higiene general del hogar. En el caso de las almohadas, debido a que la cabeza produce una alta cantidad de fluidos durante la noche, se recomienda aplicar la mezcla de limpieza casera al menos una vez al mes.
Respecto a la ropa de cama, como sábanas, cubrecamas o fundas, una forma efectiva de eliminar ácaros es lavarlas con agua caliente o hervirlas, ya que las altas temperaturas sí los eliminan. Esta técnica, sin embargo, no es aplicable a colchones ni sillones, por lo que en estos casos se deben emplear métodos como aspirado profundo y tratamientos con bicarbonato.
Finalmente, Arévalo advierte que los peluches también pueden convertirse en reservorios de ácaros. Para desinfectarlos de manera casera, recomienda colocarlos en una bolsa plástica hermética, extraer el aire y meterlos al congelador durante unas horas. El frío extremo ayuda a eliminar los ácaros sin dañar el material del peluche.