El artista que decidió llevar una carrera de solista también fue adicto a la cocaína. Además, se dice que tuvo el Síndrome del Hermano Menor, que lo predispuso a llamar la atención debido a que vivió siempre bajo el éxito de sus hermanos.
Descubre el canal de podcast de Espacio Vital a cargo de Elmer Huerta en RPP Player.
En las grandes familias que están formadas por varios hijos, el menor de ellos siempre es el más engreído por ser el último. Es considerado como “el bebé de la familia”. Incluso, existe una teoría del psiquiatra austriaco Alfred Adler, llamada ‘El Síndrome del Hermano Menor’, que sostiene que este tipo de situaciones obligan al hermano menor a ser encantador para ganar la atención, la cual se debate con los otros hermanos.
Esa es la historia del menor de los hermanos artistas, los ‘Bee Gees’, Andy Gibb, quien nació en Manchester (Inglaterra) el 5 de marzo de 1958. Su padre fue músico y baterista de rock. Por la actividad artística paterna su infancia se caracterizó por múltiples mudanzas.
Luego de haberse mudado a Miami cuando cumplió 18 años, gracias al apoyo de sus exitosos hermanos, logró su primer contrato y su primer éxito, “Quiero ser todo para ti”. Desde ese momento su carrera despegó hacía el estrellato.
“En los Estados Unidos, Andy se convirtió en el primer solista masculino en tener tres discos número uno consecutivos en el Billboard de las cien mejores en apenas un año. Desde julio del 1977 a julio de 1978”, detalló el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
En medio de sus 12 años de vida musical, Andy Gibb desarrolló una adicción hacia la cocaína. Cuentan sus allegados que se perdía el fin de semana y volvía aparecía nuevamente el martes para grabar con cara de arrepentimiento. Si bien, después de múltiples intentos, logró abandonar la cocaína, esto le ocasionó un cuadro severo de depresión.
El 10 de marzo de 1988, cinco días luego de cumplir 30 años, ingresó al hospital por dolores en el pecho y murió súbitamente por una miocarditis, una inflamación del músculo del corazón causada por una infección viral aparentemente. Elmer Huerta explicó que este mal puede ocasionar un paro cardíaco eléctrico súbito, que finalmente te quita la vida, como lo hizo con la de Andy Gibb.
Comparte esta noticia