Los beneficios de un mayor desarrollo cerebral y más inteligencia en niños a partir de los 2 años de edad, tienen un sustento científico débil.
Salud
Leche de crecimiento
La ciencia todavía no ha dado pruebas contundentes sobre la efectividad de todo lo que prometen las fórmulas infantiles de crecimiento o de continuación, dirigidas a niños a partir de los dos años de edad. Los mensajes publicitarios pueden ser muy convenientes para los fabricantes de estos productos, pero no pero no son necesarios.
"Decir que el niño tendrá un mayor desarrollo cerebral y será más inteligente, son afirmaciones con evidencia científica muy débil", asegura Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias.
Para aquellos casos excepcionales en que la madre no puede darle el pecho a su bebé, es el médico pediatra el único que puede recetar alguna de las fórmulas infantiles dirigidas a niños de 0 a 6 meses, que tratan de imitar la leche materna.
El caso de las fórmulas de crecimiento o de continuación es distinto. Estas no reemplazan la leche materna sino aquella que consumen los adultos, ofrecen vitaminas agregadas, aceites y fortificantes que buscan el niño crezca saludablemente.
"Si el niño tiene una alimentación saludable, come arroz, frijol o pescado, come lo que come la familia, este tipo de 'leche' de crecimiento no es necesario, que no engañen a los padres diciéndoles que si su hijo no la toma, no va a ser inteligente o no va a crecer lo mismo que los niños que sí la toman”.
Alto en azúcar
El elevado nivel de azúcar que contienen las fórmulas de crecimiento tiene un efecto negativo en los infantes. "Hacen que los niños crezcan acostumbrándose al dulce como elemento fundamental en su vida futura, cuando ese contenido extra de azúcar puede contribuir a enfermedades como la diabetes infantil tpo 2 o la obesidad", alerta Huerta.
Entonces, un etiquetado claro y fácil de entender es necesario para que -en este caso- los padres decidan de forma consciente si compran o no un producto "alto en azúcar".
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