Esto es exclusivo en las personas que viven en zonas rurales. Las personas con Parkinson tienen en el apéndice una concentración de hasta 5 veces más de una proteína que origina este trastorno neurológico.
En la revista Science un grupo de científicos publicaron un artículo sobre un descubrimiento que, en la década de los noventa, se consideraba un sin sentido: las personas que sufrieron la extracción de su apéndice (por alguna operación quirúrgica) tienen 20% menos probabilidad de desarrollar la enfermedad del Parkinson.
El descubrimiento científico se fundamentó en la base de datos de 1.6 millones de personas que sufrieron una operación al apéndice. Luego los científicos compararon esta información con otro grupo que no se había operado, entonces descubrieron que quienes no tenían este órgano registraban 20% menos de probabilidades de desarrollar Parkinson, indicó Elmer Huerta, Consejero Médico de RPP Noticias, al programa de "La Rotativa del Aire".
Otro hallazgo importante fue encontrar hasta 5 veces más concentración de la proteína alfa-sinucleína en los apéndices de quienes desarrollaron Parkinson. Dicha proteína se encuentra en el cerebro de las personas con el trastorno neurológico.
¿Cómo se trasporta la proteína del Parkinson del apéndice al cerebro?
Elmer Huerta explicó que el ser humano tiene un gran nervio que conecta sus intestinos con el cerebro, el cual es conocido como el nervio vago o neumogástrico.
Este se distribuye por todos los intestinos, luego forma un cordón grueso y se dirige hasta el cerebro. “Ahí, en el punto donde entra este gran nervio, también se encuentra la concentración más alta de esta sustancia química (alfa-sinucleína)”, precisó el doctor.
Huerta señaló que los autores de la investigación intuyen que existe alguna sustancia en el medio ambiente que desencadena que se forme la proteína en el apéndice y luego se dirija al cerebro.
El estudio también comprobó que la extirpación del apéndice reduce, hasta en 20%, la probabilidad de sufrir Parkinson. Esto es exclusivo en las personas que viven en zonas rurales. En estudios anteriores ya se demostró que existe una relación estrecha entre los insecticidas y el agua artesanal con el desarrollo de esta enfermedad neurológica.
“Podría ser que esas personas que viven en zonas rurales están más expuestas a estas sustancias y el quitarles el apéndice obviamente las protege”, sostuvo Huerta.
La investigación publicada en Science abre la puerta a una serie de posibilidades científicas. Entre estas, el futuro desarrollo de medicinas frente al Parkinson, pero no solamente en el cerebro, sino a nivel del apéndice.
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