La hinchada fortalece al equipo, pero al mismo tiempo puede debilitar al rival. El aliento imparable es el 'combustible' en los 90 minutos de juego.
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Luego de 35 años de espera, la Selección Peruana de Fútbol está muy cerca de alcanzar su sueño de clasificar al Mundial Rusia 2018, el papel de los hinchas -durante los 90 minutos de juego- es clave si queremos ganarle a los 'kiwis' de Nueva Zelanda.
El aliento imparable de la afición es el combustible que necesitan los dirigidos por el argentino Ricardo Gareca; incluso con un marcador en contra, las tribunas no pueden quedar en silencio.
"Somos fundamentales para empujar el equipo hacia adelante...hay que alentar durante los 90 minutos, hay que cantar, hay que gritar. Ir al estadio es un privilegio y quien esté ahí, que lo aproveche y aporte con su granito de arena...y si nos meten gol en contra hay que cantar más fuerte y darle para adelante, porque tenemos que quitarle piedras al camino de la Selección y ser una fuerza que sume en el objetivo", comenta Mateo Garrido Lecca, miembro de la Blanquirroja, la barra oficial del seleccionado patrio.
La gran expectativa de todo un país por la oportunidad de flamear la bandera del Perú en Rusia 2018, genera gran ansiedad y presión sobre los jugadores, señala el psicoanalista Jorge Bruce.
Si bien los dirigidos por Gareca tienen asesoramiento psicológico y ya han demostrado una buena gestión de sus emociones, también pueden flaquear, como ocurrió en el partido previo ante Nueva Zelanda. La afición debe tener una actitud estimulante y no de presión, de lo contrario, contribuye a que baje el rendimiento en la cancha.
"Debemos hacerles sentir que confiamos y creemos en ellos, no que los estamos presionando. No los vamos a dejar sentirse solos, ellos tienen que saber que los estamos respaldando", dice Bruce.
Los equipos grandes -destaca el experto- logran una "combinación de emociones contradictorias" que les permite salir adelante en partidos claves. Hallan un punto medio entre el sentimiento casi irracional del hincha y la cabeza fría que deben tener los jugadores.
Como ya dijimos en un anterior artículo, la afición deja aflorar un 'cerebro irracional' en el que predominan las emociones sobre el control. Sin embargo, también debemos colocarnos en el otro escenario: el de una derrota.
“Los aficionados al 'deporte rey' deben hacer el ejercicio emocional de ser prudentes, no bajar su autoestima ni sobredimensionarla, solo aceptar el resultado y continuar con sus vidas”, señala el psiquiatra Humberto Castillo.
La hinchada fortalece al equipo, pero al mismo tiempo puede debilitar al rival. Caras pintadas, cánticos, banderolas, bombos y otros instrumentos harán vibrar el Estadio Nacional. ¡Arriba Perú!
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