Si detecta falta de motivación en su día a día, puede necesitar un cambio de rumbo
Crecemos pensando que la vida que llevamos es la que nos ha tocado y que no existe posibilidad de cambiarla. Que existe un solo camino hacia el éxito y que el dinero es lo más importante en la vida. Nada más alejado de la realidad.
Aunque suene utópico, es posible decirle adiós a nuestra vida y comenzar de cero. Pero, ¿cómo sabemos que no estamos actuando solo por un impulso? Existen algunas pautas que nos pueden ayudar a determinar que es el momento adecuado de quitarnos el sastre y ponernos las zapatillas.
Poca motivación, mucha inercia
Saber que una etapa de nuestra vida ha terminado no siempre es obvio. Uno de los principales indicadores es la falta de motivación para hacer las labores que tenemos encomendadas. Para Leticia Prada, coach de Inteligencia Emocional, la falta de ilusión es una alarma a la que le debemos de prestar atención. “Si no podemos resolver esa situación, debemos levantar la vista y explorar nuevos horizontes con metas distintas y retos que nos motiven para disfrutar de nuestro trabajo”, añade en una entrevista con el diario El País. Para la experta, lo fundamental es disfrutar lo que hacemos, pues así tendremos el éxito asegurado.

La inercia también es otro aspecto a evaluar en nuestras vidas. Miguel Silveira, psicólogo de la Universidad Complutense de Madrid, explica que debemos preguntarnos si realmente hemos decidido lo que hacemos o si solo hemos aceptado lo que ha aparecido en el camino. Es importante además, meditar si tenemos alternativas planteadas. De esta manera evaluamos cuáles son los siguientes pasos de debemos dar y no nos limitamos a precipitarnos.
El especialista cita otros motivos por los cuales las personas deciden cambiar radicalmente sus vidas. “Además de la desmotivación, el hecho de estar inmerso en un ambiente laboral asfixiante y enrarecido puede ser el origen de una decisión de este tipo. Por otro lado, muchas personas inician un proceso de cambio cuando les ofrecen o ven fuera de la empresa oportunidades tan atractivas que creen que no deberían dejar pasar”.
Finalmente, Silveira indica que si bien contar con la opinión de los demás es importante, no es fundamental para dejarlo todo atrás. La decisión es nuestra, con las responsabilidades que ello conlleve. El psicólogo indica que nuestros seres queridos nos pueden ofrecer una visión externa y complementaria sobre nuestra situación, pero somos nosotros los que sabemos que debemos cambiar.
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