Los arqueólogos lograron reconstruir las facciones del hombre gracias a la tecnología conocida como la autopsia virtual.
(Agencia N+1 / Erika Efremova) Un equipo internacional de investigadores ha reconstruido el rostro en 3D de un antiguo noble egipcio que vivió durante el reinado de la XVIII Dinastía bajo el gobierno del faraón Tutmosis III (s. XV A.C.). Esta hazaña fue posible gracias a la aplicación de tomografía computarizada y métodos de medicina forense en los restos momificados del noble. La tecnología contemporánea permitió no solo recrear su rostro, sino también presentar una reconstrucción en 3D de su cerebro. La investigación fue publicada en Forensic Science, Medicine and Pathology.
La investigación tuvo como material de estudio la cabeza con sus órganos internos momificados. El noble fue descubierto en 1904 por el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli en la necrópolis del Valle de los Reyes en Lúxor. La inscripción hallada en su tumba señala que el hombre se llamaba Nebiri y era el jefe de los establos. Dos años antes, investigadores de las universidades de Turín, Munich y Nueva York descubrieron que Nebiri murió a los 46-60 años de edad como consecuencia de una aguda descomposición crónica del corazón. La tomografía espiral multicorte (TEM) reveló que el hombre también padecía de una periodontitis severa con presencia de abscesos. Otra investigación descubrió también que Nebiri padecía de una arteriosclerosis moderada.
Autopsia virtual. Ahora, gracias a la tomografía computarizada y métodos contemporáneos de reconstrucción de la medicina forense, en particular, la llamada “autopsia virtual”, los investigadores pudieron reconstruir el rostro el noble egipcio. De acuerdo a su informe, Nebiri fue un hombre de nariz prominente, quijada ancha, cejas rectas y labios angostos. Los investigadores también pudieron obtener una imagen 3D de la superficie del cerebro, el cual, de acuerdo a Raffaella Bianucci, antropóloga del equipo, carecía de anormalidades anatómicas.
La cabeza de Nebiri se conservó muy bien gracias a una meticulosa momificación: tiras de lino trabajadas con una mezcla de sebo y aceites vegetales, aromatizadas con bálsamos y resinas de árboles coníferos. La tomografía computarizada demostró que las vendas fueron colocadas de manera muy cuidadosa sobre la nariz, orejas, ojos y boca, lo cual creó una protección segura contra los insectos y la humedad del ambiente. Este cuidado también ha sido el elemento principal que permitió preservar los detalles anatómicos del rostro y cuello.
Usualmente, los cuerpos momificados hallados en el Antiguo Egipto presentan señales de trepanación craneana para extraer su cerebro con el objetivo de prevenir la descomposición de este órgano. Sin embargo, el cerebro de Nebiri estaba en su lugar. La TEM reveló la presencia de unos pequeños orificios el hueso etmoidal que separa la cavidad nasal y la craneal. Los investigadores asumen que estos orificios se realizaron con el propósito de introducir material de relleno, en este caso, las mismas vendas arriba descritas.
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