Okinoshima, una isla en Japón con estrictas costumbres religiosas, ha sido nominada para este reconocimiento de la Unesco.
Okinoshima es una isla en Japón que no recibe muchos visitantes por sus costumbres religiosas, entre las que está la prohibición del ingreso a las mujeres. Esto podría cambiar si se cumple el pedido para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declare al lugar Patrimonio de la Humanidad, aunque los locales se han mostrado indiferentes.
Según reportó esta semana The Japan Times, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus siglas en inglés) ha aconsejado a la UNESCO incluir en su exclusiva lista a esta isla en Japón por su importancia histórica y religiosa. Se trata de un lugar sagrado por ser sede de un santuario para el sintoísmo, una religión nativa del país nipón basada en el culto a los espíritus de la naturaleza.
Tradiciones polémicas. Okinoshima alberga al santuario de Okitsu, dedicado a la diosa Tagorihime, según explica el Japan Times. Entre los siglos 4 y 9, cerca de esta y otras islas de lugar pasaban las rutas de comercio que iban de Japón a China y la península de Corea, por lo que se instalaron lugares sagrados para velar por el buen viaje de los navegates. A lo largo de la historia, más de 80,000 ofrendas se dejaron en lugar.
Quizás el aspecto más polémico y peculiar de la tradición en esta isla es la prohibición del ingreso a mujeres. Los motivos no están claros. “Hay varias explicaciones, algunos dicen que la menstruación ‘ensuciaría’ el lugar. El sintoísmo trata la sangre como una impureza”, cuenta el medio nipón. También hay dificultades para los hombres. Según la BBC, los hombres deben desnudarse y ‘purificarse’ para entrar y no pueden contar nada de su visita al salir.
Más obstáculos. Además de las costumbres, la naturaleza tampoco es muy amable con quienes quieran ir a visitar Okinoshima. National Geographic reportó que las ratas depredadores abundan en la isla, no se sienten afectadas por la presencia humana y han hecho que las aves nativas dejen el lugar, ya que les quitan el alimento. Dos detalles más: solo 200 personas pueden ser admitidas cada año en la isla tras ser seleccionadas por los religiosos y todas deben ir el mismo día, 27 de mayo.
Ante la posible inclusión de Okinoshima como Patrimonio de la Humanidad, los religiosos de la isla se han mostrado indiferentes. “No abriríamos Okinoshima al público incluso si es inscrita en la UNESCO porque la gente no debería visitarla por curiosidad”, dijo Takayuki Ashizu, la máxima autoridad religiosa del santuario. “Nada cambiará, aún si es registrado”, declaró otro monje no identificado al diario Mainichi. La decisión de la organización será tomada en julio.
Ubicación de la isla en el mar de Japón:
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