Tensión en Asia: Tailandia refuerza la seguridad fronteriza tras intensificarse los enfrentamientos con Camboya

El gobierno local ha organizado milicias para patrullar las 24 horas, llevando a cabo inspecciones a todas las personas y a los vehículos que transitan por la zona. | Fuente: CCTV

La población civil vive la peor parte del conflicto entre Tailandia y Camboya, ya que no solo sufre pérdidas personales sino también debe huir de sus hogares a medida que los enfrentamientos se avivan con un intenso intercambio de fuego a lo largo de la frontera.

Las autoridades tailandesas han reforzado la seguridad fronteriza en el distrito de Chanthopphet, provincia de Buriram, tras intensificarse los enfrentamientos con Camboya desde el 7 de diciembre.

El jefe del distrito de Chanthopphet, Teerasak Boontuang, declaró el jueves que la mayoría de los residentes de la región ya habían sido evacuados y que las autoridades de Buriram habían hecho preparativos previos para recibirlos y alojarlos.

Sin embargo, algunos funcionarios gubernamentales aún permanecen estacionados en el distrito.

En una zona agrícola a unos 13 kilómetros de la frontera, funcionarios encontraron un cráter de bomba y metralla.

Teerasak Boontuang declaró que los daños fueron causados por disparos entre fuerzas tailandesas y camboyanas el miércoles.

Sanang Phoein, miembro de la milicia, explicó que patrullan por turnos, centrándose en la seguridad de las propiedades de los aldeanos y en la vigilancia de la frontera, a la vez que informan con prontitud de cualquier situación inusual.
Sanang Phoein, miembro de la milicia, explicó que patrullan por turnos, centrándose en la seguridad de las propiedades de los aldeanos y en la vigilancia de la frontera, a la vez que informan con prontitud de cualquier situación inusual. | Fuente: EFE | Fotógrafo: RUNGROJ YONGRIT

Señaló que, en los últimos dos días, el intercambio de ataques entre ambas partes se había iniciado a las 5:00 o 6:00 de la mañana, prolongándose hasta aproximadamente las 22:00, con treinta o cuarenta bombas cayendo en la zona.

"Desde que comenzó el conflicto, han caído aquí numerosas bombas, especialmente en los últimos dos días. No menos de treinta o cuarenta. Actualmente, no podemos salir para evaluar los daños en viviendas y plantaciones de caucho porque la situación sigue siendo insegura y las bombas siguen cayendo de forma intermitente", declaró Teerasak Boontuang.

Patrullaje

El gobierno local ha organizado milicias para patrullar las 24 horas, llevando a cabo inspecciones a todas las personas y a los vehículos que transitan por la zona.

Sanang Phoein, miembro de la milicia, explicó que patrullan por turnos, centrándose en la seguridad de las propiedades de los aldeanos y en la vigilancia de la frontera, a la vez que informan con prontitud de cualquier situación inusual.

"Nuestra principal responsabilidad es cuidar y proteger las propiedades dejadas por los aldeanos, garantizando la seguridad de las propiedades tanto como sea posible. Otra tarea importante es controlar y revisar a las personas que entran y salen de la aldea para mantener la seguridad en la zona rural", añadió.

Con afirmaciones contradictorias de ambas partes, las cifras de víctimas siguen siendo inciertas, pero tanto militares como civiles están perdiendo la vida.
Con afirmaciones contradictorias de ambas partes, las cifras de víctimas siguen siendo inciertas, pero tanto militares como civiles están perdiendo la vida. | Fuente: EFE | Fotógrafo: RUNGROJ YONGRIT

Situación de civiles

Mientras tanto, la población civil vive la peor parte del conflicto, ya que no solo sufre pérdidas personales sino también debe huir de sus hogares a medida que los enfrentamientos se avivan con un intenso intercambio de fuego a lo largo de la frontera.

Muchas áreas a lo largo de la frontera han sido designadas como "zonas rojas" por las fuerzas militares tailandesas, quienes advierten de que los combates podrían estallar en cualquier momento, lo que involucraría fuego de tanques, artillería o cohetes.

Los civiles han sido evacuados de estas zonas de peligro, y el acceso a los campos de batalla ahora está restringido.

Una pequeña comunidad de una decena de habitantes, situada a las afueras de la zona de exclusión, cuenta con un refugio antiaéreo.

"Esperamos no tener que irnos porque tenemos niños y ancianos a los que cuidar. Pero si debemos hacerlo, esperamos que las autoridades nos ayuden", expresó Sanoh Chaloo, una habitante local.

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