La banda liderada por Fernando Chirinos presenta un sonido maduro y agresivo, que se debe oír con el volumen alto.
Óyeme
Los Chilcanos
Independiente
Perú
Calificación: 8/10
Escribe: Oscar Bermeo Ocaña
El disco arranca con un pedido, mejor dicho una exhortación. “Óyeme”, el primer track que también titula al álbum, asoma como un grito de atención. El tema es un disparador y una declaración de principios: la letra muestra el lado introspectivo que desarrollaría en siguientes momentos y la base melódica sostenida en las guitarras.
De arranque la banda liderada por Fernando Chirinos enseña sus credenciales. Una envoltura punk, quizás heredada de los caminos previos de algunos integrantes (Aeropajitas, Metadona), podría cubrir los nueve temas del disco. Pero más que un sonido ‘hazlo tú mismo’, artesanal y acelerado, el aroma punk aflora en la transmisión de las letras. No vale acá asociaciones con un sonido adolescente, febril, sino más bien con uno maduro, que juega con riffs, distorsiones, y melodías compactas, que nunca se desordenan.
“Bedford Avenue” es una pieza poderosa y efectiva. En él, como en otros pasajes del disco, las líneas pop son evidentes. Estableciendo una rápida analogía, hace recordar algunos temas del último Attaque 77, mucho más ‘power pop’ que ramoniano.
Pero si queremos obviar etiquetas, hablemos simplemente de rock and roll. De eso se trata la placa debut del grupo. No busca proponer caminos disruptivos, más bien, apuesta por reafirmar las bases: el sonido guitarrero. Solos, riffs, rasgueos rápidos, punteos se alternan a lo largo de las nueve canciones.
Y las letras acompañan con retórica autoreflexiva. “Déjame gritar la soledad, reciclar mi lado animal”, dice el coro de “La Llamada”, uno de los ratos más encendidos del disco. Narradas casi siempre en primera persona, las canciones de Los Chilcanos quieren hacerse oír. Y merecen ser escuchadas a volumen alto.
Puedes escuchar el disco en ESTE ENLACE.
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