Todos los caminos apuntan al (buen) sueño.
En tiempos recientes, diversos estudios científicos han demostrado que no hay nada tan dañino para la salud como descuidar consistentemente nuestro tiempo de sueño.
Puede que algunas personas sean más resistentes que otras, que tengan más motivación (y una vida con significado puede contrarrestar un poco los achaques de no dormir), pero si una persona simplemente no le da mucha importancia a su sueño, esto acabará costándole muy caro en términos de salud.
De hecho, The School of Life, famoso centro de psicología británico especializado en desarrollar la inteligencia emocional, sugiere que la mayoría de nuestros problemas pueden deberse simplemente a que no dormimos bien. El centro explica esta hipótesis de manera simple: a veces sobre intelectualizamos las cosas y pensamos que nuestros problemas se deben a profundas y complejas cuestiones, enigmas, misterios, épicas batallas, pero quizás no podemos pensar muy bien solo porque no hemos dormido lo suficiente. Si dormimos bien seremos nosotros mismos, tendremos disponible nuestra energía y eso hará que los problemas se vean menos grandes y más accesibles. Quizás ni siquiera existan ya, bajo la luz de una mente despierta.
En algún momento de la historia se pensaba que dormir tarde era glamuroso, creativo, excitante, pero esas ideas no duraron, no pasaron la prueba del tiempo.
De hecho, para los bebés, el mecanismo de defensa primordial es dormir. Aunque para nosotros pueda parecer huir, muchas veces puede ayudar.
Antes de apropiarnos de una visión trágica sobre nuestras vidas, intentemos dormir bien, para comprobar si el único problema era nuestro estado de ánimo débil y negativo o había algo más, sugiere The School of Life.
La responsabilidad del contenido y autoría del presente artículo es de RPP.
Comparte esta noticia