Dejar las cosas "para más tarde" es mucho más que una costumbre. Se ha convertido en el modo de vida de millones de personas, que no pueden superar las distracciones y no tienen la suficiente fuerza de voluntad para completar las tareas.
Procrastinar es quizá la palabra más usada en oficinas y centros de trabajo en estos días. Viene del latin "pro", que significa adelante, y "crastinus", que hace referencia al futuro. Posponer algo al futuro. Aplazar algo.
Lo que empezó como una tendencia de "nativos digitales" y "geeks" es ahora un patrón de conducta más recurrente. Uno procrastina cuando posterga indefinidamente una actividad importante por una distracción cualquiera, siendo consciente de ello.
Ocurre en el trabajo, ocurre en las aulas y también ocurre en la vida. Nos pasamos el día dejando para "más tarde" algo que podríamos hacer hoy. Y aunque procrastinar no te mandará directamente a la bancarrota, sí podría convertirse en un mal hábito que te impida conseguir tus metas.
Un estudio hecho por el profesor en psicología Timothy A. Pychyl, de la Universidad Carleton de Ottawa, indica que el 65% de estudiantes que debe presentar un trabajo final "estarían felices de no posponerlo".
Algunas razones por las que procrastinamos son:
-Buscamos gratificaciones instantáneas: realizar una actividad programada, como enviar un correo o realizar una cita para una reunión, no nos dará la satisfacción instantánea como ver un capítulo más de una serie o superar un nuevo nivel de nuestro videojuego favorito.
-Excesiva confianza en la propia productividad: creemos que podremos resolver nuestros faltantes luego, pese a que somos conscientes que estamos acumulando trabajo. Llegado el momento, lo más probable es que no podamos manejar las tareas atrasadas.
-Temor de afrontar la realidad: el miedo a confrontarnos con una tarea puede paralizarnos y hacer débil nuestra fuerza de voluntad. Saber que debemos hacer ese pago o planificar ese viaje, con las dificultades que eso trae, nos podría impulsar a dejar la tarea de lado.
Según Harvard Business Review, reconocer qué causa la distracción ayudará a que dejes de caer en ella. Eso, tanto como valorar el resultado y la satisfacción del deber cumplido, sobre todo si otras personas dependen de tu labor.
Para los especialistas de esa publicación, "compartir tus tareas con otra personas, te ayudará a dejar de dilatar lo inevitable". En equipo es más difícil postergar las cosas y más atractivo cumplir metas. No necesariamente debes trabajar a la par con otra persona, pero al menos pueden supervisar mutuamente sus labores.
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