¿Cómo desarrollar una actitud resiliente?

La resiliencia se puede convertir en una habilidad.
La resiliencia se puede convertir en una habilidad. | Fuente: www.shutterstock.com

La resiliencia nos ayuda a superar dificultades y a aprender de ellas como parte de nuestro desarrollo y fortalecimiento personal.

A lo largo de nuestra vida vamos a encontrarnos con diferentes adversidades a las que no sabremos cómo enfrentarnos. Ante estas situaciones, nuestras decisiones necesitan ser las mejores. ¿Cómo lograrlo? Teniendo una conducta resiliente.

Se trata de mantener una actitud positiva a pesar de las circunstancias difíciles, consiste además, en saber aprender de la derrota y transformarla en oportunidad de desarrollo personal, explica Rafaela Santos, especialista en psiquiatría y autora del libro “Levantarse y luchar”.

La resiliencia se puede convertir en una habilidad. Aunque no es innata puede ser aprendida desde el autoconocimiento de nuestras capacidades y vulnerabilidades.

También va de la mano con la capacidad de aprender de los errores para fortalecernos como personas.

Se trata de mantener una actitud positiva a pesar de las circunstancias difíciles y en aprender de la derrota y transformarla en oportunidad.
Se trata de mantener una actitud positiva a pesar de las circunstancias difíciles y en aprender de la derrota y transformarla en oportunidad. | Fuente: www.shutterstock.com

Según Santos, el desarrollo de la resiliencia se basa en los siguientes diez pilares:

1.  Introspección: Observarse, conocerse  a sí mismo y darse una respuesta honesta en relación al mundo exterior.

2. Motivación esencial: Darle sentido a la vida creando tu propio proyecto transcendente.

3. Autorregulación emocional: Afrontar tensiones sin victimismo como parte de la vida, debilitando la respuesta al estrés.

4. Independencia  y autonomía emocional: Mantener distancia emocional y física ante los conflictos sin caer en el aislamiento. Saber fijar límites entre uno mismo y el medio con problemas.

5. Confianza en sí mismo y en sus propios recursos: Adecuada autoestima, iniciativa y responsabilidad para lograr autonomía personal.

6. Capacidad de relacionarse: Establecer vínculos afectivos con otras personas creando relaciones saludables. Equilibrar la propia necesidad de afecto con la actitud de ayudar a otros.

7. Actitud positiva y optimismo: Resolver problemas de forma creativa.

8. Sentido del humor y creatividad: Los problemas se resuelven relativizando y sabiendo encontrar lo cómico en la propia tragedia.

9. Colaboración y compromiso: Comprometerse con valores y ayudar a otros.

10. Moralidad, ética y coherencia: Mantener una unidad de vida entre lo que se dice y lo que se hace.

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