Lo principal es definir cuáles son tus expectativas y evaluar la rentabilidad, el plazo y la disponibilidad de tu efectivo.
Una vez identificada la finalidad de nuestro ahorro y el monto de nuestros ingresos que destinaremos a este aspecto, toca elegir la forma en que lo haremos. Guardar el dinero bajo el colchón es una opción, pero quizá no sea ni la más segura ni la más inteligente financieramente hablando.
La idea fundamental del ahorro es multiplicar nuestro dinero. Por ello, se recomienda elegir una institución financiera que nos ofrezca rentabilidad. A la hora de elegir uno de los productos que ofrecen estas instituciones ten en cuenta variables como: qué estás buscando (ahorrar, pero tener tu dinero a tu disposición, por ejemplo), los riesgos que estás dispuesto a asumir y el tiempo en el que quieres alcanzar tus metas.

Luego de definir estos aspectos deberás hacer un análisis de los productos financieros. Estos están en dos grandes grupos: los depósitos a plazo fijo y las cuentas de ahorro. En la web Help my cash se recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos para tomar una decisión acertada:
La disponibilidad del dinero: En una cuenta de ahorros es posible tener tu dinero a tu disposición. Puedes retirarlo del cajero o de la ventanilla. Sin embargo, en una cuenta a plazo retirar tu dinero antes del vencimiento del plazo no está permitido o acarrea una penalidad.
El plazo: Las cuentas de ahorro suelen ser contratos por tiempo indefinido, y el interés puede ser cambiado por el banco cuando desee. En el caso de los depósitos a plazo fijo, tienen un tiempo limitado y la rentabilidad no puede ser variada.
La rentabilidad: Los depósitos a plazo fijo tienen rentabilidad más alta, pero condiciones más rígidas. Sin embargo, esto no es una regla por lo que conviene analizar todas las opciones que ofrece el mercado tanto en bancos, financieras, cajas, así como las opciones de ahorros no previsiones que ofrecen las AFP-
Otros aspectos que deberás analizar son: la rentabilidad que se ofrece, las comisiones en caso las tenga el producto financiero, la solvencia del banco, así como el plazo de la oferta si lo tuviese. En el primer caso, es evidente que se debe buscar la entidad que más rentabilidad nos ofrezca.
En cuanto a las comisiones, en general las cuentas de ahorro no deberían tenerlas. Pero si bien no nos cobran por administrar el dinero, muchas veces se nos cobra por las transacciones que se hagan en cajero o ventanilla, por lo que debe ser un aspecto a tener en cuenta. Respecto a la solvencia de la entidad, los ahorros suelen estar protegidos y en caso de quiebra, son los primeros en ser reembolsados. No hay mayor peligro.
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