El COVID- 19 se propaga a través de las gotas de saliva que se expulsan al toser o estornudar. Al limitar nuestra movilidad por completo, podemos romper con las cadenas de transmisión y detener la propagación del coronavirus.
China fue el país que reportó el primer caso del COVID-19 en diciembre del año pasado y rápidamente se multiplicó hasta extenderse a otros continentes. Hoy, se vive una pandemia donde el número de infecciones continúa aumentando y los gobiernos e instituciones a nivel mundial ejecutan medidas para enfrentar a este nuevo coronavirus.
La clasificación de este brote de COVID-19 como pandemia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hace referencia a su capacidad de extensión entre diversas poblaciones y países al mismo tiempo. De esta manera, genera preocupación los niveles alarmantes de transmisión y la gravedad del coronavirus al afectar a poblaciones vulnerables.
En el caso de Perú, durante las últimas semanas, el presidente Vizcarra confirmó que el país se encuentra en la fase 3 de la pandemia global del coronavirus. Es decir, se están registrando contagios comunitarios, donde el virus se propaga a través de la circulación y el contacto de las personas por las calles. Además, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, este contagio comunitario “implica que aparecen casos locales de personas que no han estado en contacto directo con los casos importados”, y la cuarentena obligatoria se convierte en una medida necesaria para prevenir una mayor propagación del virus.
¿Por qué es importante que se cumpla la cuarentena obligatoria?
Ha sido esencial educar a la ciudadanía sobre los síntomas causados por el COVID-19 y las medidas básicas para protegerse de esta enfermedad, pero ante la coyuntura, el gobierno peruano ha puesto en marcha una serie de medidas que implican obligatoriamente el no abandonar nuestras casas.
Este distanciamiento social tiene la finalidad de contrarrestar la propagación del virus y evitar una crisis sanitaria que cueste la vida de los ciudadanos y ciudadanas, ya que hasta el momento se conoce que el coronavirus afecta a personas de todas las edades, pero existe evidencia de que las personas mayores de 60 años y aquellas con afecciones de salud subyacentes (enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer) corren un mayor riesgo de contraerlo.
Esto implica que, de no encontrarnos dentro del grupo vulnerable, está en nuestras manos acatar esta herramienta para luchar contra el coronavirus, evitando contraer la enfermedad y contagiar a aquellos que sí lo son. Asimismo, el Dr. Tedros Adhanom, director general de la OMS, recalcó que las medidas de distanciamiento social pueden ayudar a reducir la transmisión y permitir que los sistemas de salud hagan frente a la situación.
Es nuestra responsabilidad aislarnos totalmente, si hemos estado en contacto con personas que hayan desarrollado la enfermedad, si hemos estado en ciudades calificadas como zona de riesgo (como China, Italia y España) y si presentamos síntomas, aunque sean leves.
Debemos recordar que la pandemia del COVID-19 es un desafío sin precedentes para el mundo y que, al romper las cadenas de transmisión, tenemos la posibilidad de contener este virus y salvar vidas. Por ahora, limitando nuestra movilidad por completo, evitaremos llegar a las últimas fases de la pandemia, en las que el virus se dispersa en la comunidad haciendo casi imposible trazar un mapa de contagio y el número de casos salen de control.
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