Según datos del MIMP, más de 81 mil mujeres víctimas de violencia se registraron el año pasado. Aunque la violencia física es la más visible a simple vista, existen otras formas camufladas que también son importantes de detectar.
Según el Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), en el 2017 hubo 81,009 víctimas de maltrato físico, psicológico y sexual. Además, solo entre enero y mayo de 2018 se han registrado 51,196 víctimas, lo cual representa un incremento de 52% con respecto al año anterior.
La violencia de género tiene muchas caras, esta no solo se reduce a maltratos físicos, sino que existen otras formas que también dejan huellas psicológicas y emocionales en las mujeres. y Saber identificarlas es un paso clave para poder denunciarlas.
De hecho, el Plan Nacional contra la violencia de género 2016 – 2021, indica que existen 16 modalidades de violencia, entre las que se cuentan las esterilizaciones forzadas, la violencia por orientación sexual, el acoso político, la violencia económica, la trata de personas, el hostigamiento sexual, la violencia durante conflictos sociales y la violencia que ocurre mediante tecnologías de la información y comunicación.
Violencia psicológica, física y sexual
Se trata de los 3 tipos de violencia que, según INEI, agruparon más víctimas el año pasado. La violencia psicológica incluye las agresiones verbales, amenazas, la necesidad de tener control sobre cada acto de la mujer, así como hacerla sentir inferior o desacreditar sus opiniones e ideas. Los daños que producen afectan directamente a su autoestima e impiden su desarrollo personal e incluso laboral.
La violencia física ocupó el segundo lugar en número de víctimas en 2017. Esta incluye todo acto que dañe el cuerpo: desde empujones y sacudidas hasta golpes con puño u objetos. El tercer tipo más reportado fue la violencia sexual, la cual implica todo acto forzado que amenaza la libertad sexual de las mujeres, implica la prostitución forzada y el acoso y abuso sexual.
Violencia económica y laboral
Aunque es menos conocida por el nombre, a diario se ejerce mucho. La violencia económica implica hacer que la mujer pierda sus recursos económicos o patrimoniales limitando su accionar y sus decisiones. Por ejemplo, controlar sus ingresos y “dar permiso” para saber en qué puede o no gastar, o la errónea idea de que “porque el hombre trabaja ella no tiene derecho a elegir nada”.
En cuanto a la violencia laboral, esta implica que las mujeres ganen menos que los hombres por hacer el mismo trabajo, lo cual se da a menudo en nuestro país, pues según INEI, las mujeres ganan 29% menos que los hombres. Otros ejemplos es que en sus centros laborales su opinión no sea tomada en cuenta solo por ser mujer o que se les limite el acceso a puestos de alto rango.
Violencia Obstétrica y Simbólica
La violencia obstétrica se refiere al maltrato que tiene el personal de salud con las mujeres, esto implica desde el trato poco humano con gritos y violencia verbal, hasta el abuso de medicinas, lo cual genera que la autoestima y autonomía de las mujeres se vea afectado.
Por su parte, la violencia simbólica es denominada “invisible” porque se da sutilmente pero que en muchos casos desencadena violencia psicológica, económica e incluso física. Frases como “calladita te ves más bonita”, “arréglate para que te veas más bonita” o “una señorita no dice esas cosas” son ejemplo de ella. La base de este tipo de violencia está en las creencias populares e imaginarios culturales que en muchos casos se normalizan en los hogares.
Si eres víctima o testigo de algún tipo de violencia de género no dudes en denunciar llamando gratuitamente a la Línea 100. Recuerda que la indiferencia también es violencia.
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