La Organización Mundial de la Salud identifica tres condiciones en la salud mental que provocan el mal uso de los videojuegos.
En los últimos años, el uso de los videojuegos ha despertado un encendido debate en torno a sus ventajas y desventajas. Por un lado, están los que consideran que los videojuegos mejoran las habilidades cognitivas de los niños. En combinación con la educación, estos desarrollan la inventiva, creatividad y la capacidad intelectual y de análisis. También se destaca que potencian la toma de decisiones y la capacidad para resolver conflictos, entre otros aspectos.
Quienes están en contra de los videojuegos sostienen que estos, por la falta de control, separan a los menores de edad de sus familias. Además reducen significativamente el tiempo que podrían dedicar a otras actividades, como los estudios. Esto perjudica su desarrollo intelectual, genera adicción y desgaste físico. Por lo anunciado a fines del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) piensa lo mismo.
Se espera que en el mes de junio, la OMS dé a conocer la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11), que no se actualiza desde 1990. En esa lista se incluirá, por primera vez, el trastorno por videojuegos como enfermedad mental.
Según el borrador de esta clasificación, la OMS identifica tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los videojuegos. El primer aspecto consiste en que las personas no controlan la conducta de juego en cuanto a frecuencia, intensidad, duración y contexto.
El segundo aspecto es que aumenta la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias. Lo tercero es que se mantiene la conducta e incluso se da una escalada de la misma pese a sus consecuencias negativas.
El patrón de comportamiento descrito genera un deterioro significativo en lo personal, familiar, social, educativo y en lo ocupacional. Los adictos a los videojuegos deben presentar este patrón de conducta de forma evidente durante doce meses para que se considere que sufren una enfermedad mental. El plazo de tiempo puede ser menor si se presentan todos los síntomas y estos son graves.
Las voces en contra de la propuesta de la OMS no se han hecho esperar. La Entertainment Software Association (ESA) publicó un comunicado en el que se afirma que los videojuegos no son adictivos, por lo que solicitan a la OMS que dé marcha atrás. El debate está servido. En tanto, son los padres los que tienen el control en sus manos y pueden evitar que sus hijos caigan en excesos.
Comparte esta noticia