El carisma es un don de la personalidad, pero no te preocupes que, según la ciencia, se puede entrenar.
El carisma es la habilidad para generar entusiasmo en influir en otros de manera positiva, conectándose con ellos de manera física, emocional e intelectual. La persona carismática tiene una gran capacidad de seducción, despierta admiración y está llamada, si así lo desea, a ser un líder.
Según el antropólogo norteamericano Charles Lindholm, experto de la Universidad de Harvard, el carisma se da sobre todo en la interacción con los demás. “Es sobre todo una relación, una fusión entre el ser interior del líder y el del seguidor”, refiere Lindholm. Es por esto último que el carisma es considerado como un componente clave para conseguir un empleo y asumir liderazgos.
Además, en el contexto de situaciones cotidianas y relaciones interpersonales, el carisma es altamente valorado. Al respecto, un reciente estudio desarrollado por la Universidad de Toronto, determinó que esta cualidad tiene dos componentes principales: la influencia y la afabilidad. El primero trata de la capacidad de guiar a otros, mientras que lo segundo es la aptitud de hacer que otros se sientan cómodos.
Gracias a una combinación de técnicas verbales y no verbales, es posible mejorar el nivel de carisma de las personas. En el 2011, el profesor John Antonakis, investigador en comportamiento organizacional en la Universidad de Lausana (Suiza) logró mejorar esta cualidad en 34 gerentes.

Aquí te contamos algunas técnicas utilizadas:
1) Conecta: Contar anécdotas ayuda a conectar a las personas con el mensaje que queremos transmitir.
2) Contrasta: Combina en tus discursos, aspectos que se opongan, como la razón y la pasión, o nuestra posición y una opuesta.
3) Engancha: Las preguntas retóricas ayudan a enganchar con el mensaje que se busca transmitir.
4) Repite ideas: Para que quede clara una idea, prueba a repetirla tres veces.
5) Refuerza tu integridad: Usa expresiones que muestren tu código moral, credibilidad y pasión.
6) Propón metas ambiciosas: Haz que otros se sientan comprometidos con tus metas, usando frases que los conecten hacia ese objetivo, como el famoso: “Sí se puede”.
7) Cuida tu lenguaje no verbal: Además del mensaje es importante la intensidad de la voz, la seguridad de los gestos, el uso de los silencios y el contacto visual.

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