Si cuentas con dinero que no necesitarás en el corto plazo deberás invertir en proyectos con alta rentabilidad, de lo contrario apuesta por proyectos con alta liquidez.
La liquidez y la rentabilidad son dos objetivos financieros que no necesariamente se contraponen, sino que son el ideal de todo inversionista. Además ambos factores se utilizan comúnmente para evaluar una inversión financiera. Sin embargo, como veremos la relación entre ambos conceptos es inversamente proporcional. Pero, primero, precisemos ambos conceptos.
Como señala el estudio: “Finanzas en el Perú: Un enfoque de liquidez, rentabilidad y riesgo” del profesor de la Universidad Pacífico, David Wong, la liquidez es la capacidad de pago para cumplir con las obligaciones, deudas o compromisos; mientras que la rentabilidad es la medida de la productividad. En términos simples, la rentabilidad es la diferencia entre lo que recibes y lo que inviertes.
Por lo general, como señalamos al inicio, la relación entre la rentabilidad y la liquidez es inversa. Aquellas inversiones que poseen una mayor liquidez tendrán una menor rentabilidad y viceversa. El blog Gerencie.com explica que en una empresa mientras los problemas de liquidez deben resolverse en el corto plazo, los de rentabilidad nos permiten plantear soluciones a largo plazo mediante estrategias de estructura de costos, incremento de volúmenes de venta, entre otros.
Pero, entonces, ¿qué conviene más? Dependerá de tu perfil como inversor. Es decir, si dispones de una cantidad de dinero estático en una cuenta de ahorro, al que no vas a echar de menos en el corto plazo, debes apostar por aquellas inversiones que ofrezcan una alta rentabilidad, asumiendo una menor liquidez. En caso contrario, si es un dinero que vas a llegar a necesitar por cualquier motivo en el corto o mediano plazo, es mejor apostar por inversiones que ofrezcan una mayor liquidez asumiendo menor rentabilidad.
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