Las amistades intergeneracionales son beneficiosas tanto para los más jóvenes como para los mayores. Ambos aprenderán a desarrollar la empatía para entender emociones y perspectivas de vida distintas.
Por lo general, solemos tener amigos de nuestra misma edad con quienes se comparte el proceso de crecimiento y madurez de forma similar. Del otro lado, aunque no son las más comunes, están las amistades que se establecen entre personas de distintas edades. Incluso existe el término de amistad intergeneracional para definir la amistad entre personas entre las que hay por lo menos siete años de diferencia.
Tener amigos más jóvenes o mayores nos da una perspectiva distinta, lo que nos beneficia frente a diversas situaciones de la vida, refiere la periodista chilena Valentinne Rudolphy. “Independiente de los consejos, (los amigos de diversas edades) siempre serán una buena fuente de puntos de vista distintos”, escribe la periodista en la web Upsocl.
Las personas mayores se benefician en gran medida de las amistades intergeneracionales, según la doctora Gayatri Devi, directora de la clínica Park Avenue Neurology, en Nueva York. "Es bueno tener amigos de distintas edades, al menos uno en cada década de la vida", refiere Devi en una entrevista realizada por la BBC.
Según la especialista, estas amistades permiten que las personas que van perdiendo amigos de su misma edad no se sientan solas porque las amistades más jóvenes siguen ahí. Además, los amigos más jóvenes ayudan a estar al día en cosas como la tecnología y les transmiten energía y curiosidad. Y los más grandes pueden compartir su experiencia en otros aspectos, lo que les hará sentirse más útiles y satisfechos.
Por su parte, las personas de menor edad adquieren la riqueza de perspectiva de alguien mayor que ya no se deja influenciar por la moda y las tendencias actuales. También se refuerza en ellos conceptos como el respeto, el diálogo asertivo y el cariño mutuo.
Este tipo de amistades se promueven en asociaciones de personas jubiladas o en residencias de personas de la tercera edad. Estos permiten que las personas mayores y niños se relacionen y aprendan juntos. También existen organizaciones que promueven que personas mayores realicen actividades puntuales con niños como lecturas de cuentos, dibujos, marionetas o representaciones teatrales.
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