El mindfulness se inspira en la meditación vipassana y consiste en prestar atención de manera consciente, con interés, curiosidad y aceptación.
Entre los ejercicios más conocidos del mindfulness está en poner la atención en la respiración. Después se visualiza en qué partes del cuerpo se siente más tensión y cuáles están más relajadas. También hay ejercicios de disfrute de la vida cotidiana como concentrarse en los sabores y colores del desayuno. De por medio no debe haber televisores ni celulares. Otro ejercicio popular es concentrase en la sensación que experimentamos al caminar con los pies descalzos.
Frente a los problemas de concentración y atención en los niños, el mindfulness también se está usando en el entorno educativo. Cobra interés en España y ya se aplica en colegios públicos de Holanda, Gran Bretaña y Estados Unidos. No se trata de una materia adicional sino que está integrada a diversas asignaturas.
Básicamente consiste en sentarse con los niños a sentir su respiración por unos minutos. Luego se presta atención a las sensaciones interiores y del mundo exterior que se experimentan en el momento. El objetivo es que los pequeños se hagan conscientes de lo que están sintiendo y pensando en el presente de manera constante.

Esta práctica ayuda a reducir la dispersión mental y la reactividad emocional. Así, tanto adultos como niños, se comportan de manera más consciente y tranquila. Incluso puede llegar a convertirse en una herramienta de autoregulación emocional, indican estudios realizados por la organización americana Mindful Schools. Además, logra reforzar sentimientos positivos como la compasión y la gratitud.
Se recomienda que los niños puedan dedicar un breve espacio de tiempo a sentir su cuerpo y mente al inicio de las clases. Solo deben concentrarse en la respiración, ser conscientes de su postura y prestar atención a su estado interno. De este modo podrán darse cuenta de si se encuentran agitados o dispersos.
Para motivar su práctica, los padres y maestros deben incorporar esta disciplina en su vida diaria. Esto, además de aprender a respirar y escuchar de manera atenta, significa no entrar en contradicción con lo que se persigue. Es decir, si alguien practica el mindfulness no tiene sentido que después use el celular cuando ingiere sus alimentos. Dado que no está disfrutando ni prestando atención a ese momento.

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