Lograr que una persona avale un crédito solicitado exige una gran responsabilidad de nuestra parte para cumplir con nuestras obligaciones y no poner en riesgo su patrimonio.
Cuando solicitas un préstamo es usual que la entidad financiera te evalúe para saber si puedes hacer frente a tus deudas a largo plazo. En algunos casos, incluso, te pide que un tercero proporcione un aval en garantía del crédito solicitado.
El aval es una de las figuras más comunes que intervienen en la concesión de préstamos, y por eso, es común también pedirle a una persona que actúe como garante para que tú puedas acceder al desembolso de dinero. Es muy importante que conozcas a qué te expones con esta transacción que, aunque parezca sencilla, trae muchas consecuencias.
Toma nota de los consejos del portal ‘Finanzas Práctica’ a la hora de conseguir un aval:
- Tu avalista tiene las mismas obligaciones de pago y consecuencias legales en caso de impago que tú, pudiendo llegar hasta el embargo de sueldo o bienes inmuebles del avalista.
- En caso de que no puedas pagar, tu avalista debe tener en cuenta que esa deuda, aunque no es suya, lo hará figurar en las centrales de riesgo, impidiéndole acceder a futuros préstamos o créditos que solicite.

Ahora que sabes las consecuencias sobre tu aval en caso no pagues, es momento que busques el aval perfecto. ¿Sabes qué características debe cumplir?
1. Ingresos estables y suficientes. Si tú no cumples con los requerimientos para pagar el crédito que solicitas, busca a alguien que sí lo haga. Contar con un sueldo, pensión o negocio que le permita demostrar ingresos facilitará el proceso.
2. Sin deudas pendientes. Para que la entidad bancaria acepte al avalista propuesto, debe figurar sin cargos pendientes de pago.
3. Nivel patrimonial suficiente. Una de las características más interesantes para los bancos es que disponga de bienes inmuebles libres de cargas, es decir completamente pagados. Estos funcionan como una garantía adicional con la que pueden responder.

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