Una de las mayores preocupaciones de los padres son las amistades que puedan tener sus hijos y cómo pueden influir en su conducta, pensamiento y desarrollo.
A menudo los niños se dejan influenciar fácilmente por sus amigos y esto puede provocar que se comporten de una forma distinta a su personalidad. Esta situación se agrava especialmente durante la pubertad y la adolescencia.
La gran pregunta que se hacen los padres que pasan por esta situación es: ¿Cómo puedo controlar las malas influencias que rodean a mi hijo? La respuesta está en casa. Que un niño o adolescente sea influenciable o no depende, en gran medida, de la educación familiar. La familia es determinante para que un niño no se deje llevar por sus compañeros hacia actitudes o conductas no deseadas. Es necesario que los padres forjen el carácter de sus hijos enseñándoles a ser autónomos y seguros de sí mismos.
Según Faros, el portal del Hospital de San Joao de Déu, en Barcelona (España), hay otros aspectos que ayudarán prevenir estas situaciones:
- Hay que explicar en qué consiste una mala influencia. Así sabrán reconocerla y no se dejarán llevar tan fácilmente.
- Organizar planes familiares a menudo y pasar tiempo con los hijos evita que no busquen la atención de amistades conflictivas.
-Los padres deben desarrollar una relación abierta y de confianza con los hijos. De este modo acudirán a ellos si tienen algún problema.
- Estimular al niño a que practique actividades positivas, como el deporte, para que aprenda valores y se relacione con chicos con la misma actitud.
- Fomentar la responsabilidad de los hijos. Los niños y los jóvenes responsables no suelen dejarse influir tan fácilmente por otras personas. No buscan la aprobación de los demás y valoran las consecuencias de sus acciones.
- Hay que preocuparse por conocer a sus amigos, e incluso qué lugares frecuentan sin controlar excesivamente.
- Es mejor no cuestionar a los amigos de nuestro hijo, ya que puede actuar a la defensiva. Lo indicado es no criticar acciones y comportamientos concretos que hayan tenido estos amigos, pero sin atacarles directamente.
Además de todas las precauciones indicadas, lo más importante es fomentar y desarrollar en los hijos una imagen positiva de sí mismo y promover su autonomía. De este modo será difícil, por no decir imposible, que se deje llevar por compañías negativas.
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