El consumo excesivo de alimentos procesados y el sedentarismo son la suma de variables detrás del sobrepeso infantil. Hay que modificar estos hábitos a corta edad para no criar adultos obesos.
En el mundo hay más de 41 millones de menores de cinco años con sobrepeso u obesos –buena parte de ellos en países en vías en desarrollo como el Perú–, debido al consumo de azúcares, sodio y grasas saturadas presentes en las golosinas, gaseosas, jugos en caja, pasteles, embutidos y frituras, según la Organización Mundial de la Salud.
Otro factor que promueve el sobrepeso es el sedentarismo, ya que se está disminuyendo el tiempo dedicado a la actividad física e incrementando las horas destinadas a la televisión, los videojuegos o la computadora.
¿Cuándo debemos empezar a preocuparnos? Si los bebés que empiezan a comer ganan peso aceleradamente con relación a su estatura y edad, algo anda mal. En este caso no se debe poner a dieta al bebé, sino corregir los hábitos alimenticios con ayuda de un nutricionista.
En el caso de los niños más grandes o adolescentes, se debe iniciar un régimen de adelgazamiento, donde se requiere que la familia se involucre.

Aquí te dejamos algunos consejos para acompañar a tu hijo en el camino para conseguir el peso ideal:
- No utilices los alimentos como recompensa o castigo. A menudo se castiga con alimentos saludables y si se quiere premiar se utilizan golosinas.
- Comencemos con nosotros mismos, ya que nuestros hijos nos imitan y adoptan los hábitos con los que crecen. No podemos decirles que la gaseosa es mala para su salud si nos ven tomándola.
- Si los padres tienen un estilo de vida saludable, el niño también lo tendrá. Anima a tu hijo a la práctica de algún deporte, en grupo o individual. No los dejemos solos en esto.
- Es vital cuidar lo que comen nuestros hijos. Hay que tener muy en claro que un niño debe ingerir todo tipo de alimentos para conseguir los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento y desarrollo, aunque se debe evitar la comida rápida o industrializada.
- Trata de no tener en casa golosinas, dulces, snacks con grasa, gaseosas y todo aquello que aporte pocos nutrientes y muchas calorías. Así evitarás que cuando tu hijo tenga hambre recurra a estos alimentos.
No utilices frases del tipo: “estás gordo, no te queda la ropa”. Ni compares los cuerpos entre hermanos o amigos. Esto lo único que hará es empujar a nuestros hijos a buscar la aceptación de la sociedad con estereotipos absurdos y a tomar caminos cortos, como dietas extremas o negarse a comer, para solucionar el problema.
Si incrementas la actividad física en tus hijos y le provees de una dieta balanceada rica en proteínas y nutrientes, él alcanzará su máximo nivel físico y emocional que será clave para una vida adulta sana. Está en tus manos.

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