¿A dónde van nuestros desechos?: el problema de la disposición de los residuos sólidos en el Perú

¿Te imaginas salir de tu casa y encontrar siempre basura acumulada en las esquinas? Y, peor aún, ¿que esos residuos demoren en ser recogidos, muchas veces hasta una semana, por la municipalidad? Esta es la preocupante situación que viven a diario miles de peruanos, pero sobre todo, los vecinos de Leonardo Ortiz (Chiclayo), uno de los distritos más contaminados del país.

El ingeniero ambiental, Larry Oblitas, especialista en Gestión y Manejo de Residuos Sólidos, quien además vive en esta zona, señala que, desde hace 15 años, el crecimiento poblacional se ha mantenido estable en Leonardo Ortiz porque la gente no permanece toda su vida en el distrito. “Sus casas se han devaluado y nadie quiere alquilarlas o comprarlas debido a la basura que hay alrededor. Incluso, los jóvenes y niños se avergüenzan de decir que viven ahí”, asegura. 

En el 2021, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) realizó un estudio de los puntos de acumulación de residuos en las vías y en los alrededores de la ciudad, e identificó en José Leonardo Ortiz un promedio de 90 puntos en las avenidas y en lugares descampados, a comparación de Chiclayo ciudad, que registró solo 30, precisa Oblitas.

El 62% de la población no está siendo atendida con un adecuado servicio de limpieza pública, según el Ministerio del Ambiente

¿A dónde van nuestros desechos?

La capital tampoco es ajena a esta problemática. Según especialistas de la Municipalidad de Lima, el desordenado crecimiento poblacional y la migración han generado una mayor cantidad y acumulación de residuos, sobre todo en la zona Lima Norte. Un ejemplo es Villa María del Triunfo, el distrito más impactado por la acumulación urbana de residuos durante el 2018, año en que tuvo que ser declarado en emergencia ante los más de 80 focos de infección.

Aunque los rellenos sanitarios son los lugares aprobados legalmente para depositar los desechos, tenemos un déficit de estos. De acuerdo con el Ministerio del Ambiente (MINAM), a nivel nacional, contamos con 76 de estos vertederos oficiales cuando se estima que necesitamos alrededor de 190. Por ello, la entidad adviertió en el 2022 que el 62% de la población no estaba siendo atendida con un adecuado servicio de limpieza pública. Esta situación tiene una estrecha relación con la pobreza, las enfermedades y la contaminación ambiental que, en su conjunto, significan pérdida de oportunidades de desarrollo, como lo detalla el Plan Nacional de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PLANRES).

En ese sentido, el gerente de Servicios a la Ciudad y Gestión Ambiental de la Municipalidad de Lima, Hernán Pérez, menciona que todos los residuos sólidos generados en la capital se llevan a tres rellenos sanitarios, pero que se necesita uno nuevo que pueda dar cobertura a las nuevas demandas. “Al relleno sanitario debe llegar lo estrictamente necesario, por lo que en el camino tiene que haber un trabajo de segregación y de transformación, de tal manera que todos los residuos orgánicos puedan ser utilizados para compostaje y los no orgánicos como plásticos pueden ser reutilizados”, agrega.

Casi el 40% de los residuos es arrojado a los ríos, lagos y lagunas sin ningún tipo de tratamiento, según el Ministerio del Ambiente

Precisamente, ese es uno de los principales problemas: a los rellenos llega toda la basura sin segregarse o reaprovecharse, mezclada incluso con residuos tóxicos. “Si no hay separación, se reduce el tiempo de vida de esta infraestructura que es muy costosa. Pueden estar programados para 30 o 40 años, pero se van a llenar mucho más rápido de lo que se tenía planeado y se convierte en un círculo vicioso”, explica la directora ejecutiva de la ONG Ciudad Saludable, Paloma Roldán. Sin embargo, son pocos los gobiernos locales que cuentan con una planta de tratamiento.

Ante la falta de rellenos, se han originado botaderos en todas las ciudades, que son lugares donde la gente coloca informalmente los residuos. Casi el 40% de estos residuos es arrojado a los ríos, lagos y lagunas sin ningún tipo de tratamiento, según cifras oficiales del MINAM. ¿Las consecuencias? Los ecosistemas se han degradado, hay mayor contaminación en el entorno y la salud de las personas se ve comprometida.

“Se va construyendo en el imaginario de la comunidad [que en] esos espacios está permitido, de alguna manera, dejar los residuos. Esto en un tiempo se vuelve un punto crítico y trae roedores, insectos, malos olores y la concentración de gas invernadero”, expresa Roldán. Este gas muchas veces hace que la gente que está cerca tenga dolores de cabeza, infecciones estomacales o respiratorias, siendo los más afectados los niños, las mujeres gestantes y los adultos mayores, agrega. 

Los vecinos, hartos del panorama de la basura en las calles, optan por incinerarla, comenta el ingeniero Larry Oblitas. Aunque esta actividad es parte del tratamiento de residuos sólidos, debe hacerse de manera controlada, solo por especialistas y no a cielo abierto como lo hacen los ciudadanos. Según la Alianza Global por Alternativas a la Incineración (GAIA), para incinerar estos residuos se debe tener gran cuidado, porque se podría encontrar residuos químicamente peligrosos, incluyendo los medicamentos, que no son aptos para la incineración.

¿Hay acciones concretas de nuestros gobernantes?

Si bien las municipalidades distritales son responsables de asegurar una adecuada prestación del servicio de limpieza, recolección y transporte de residuos en su jurisdicción, además de garantizar la adecuada disposición final de los mismos; corresponde a los gobiernos ediles provinciales, como la Municipalidad de Lima, por ejemplo, supervisar, fiscalizar y sancionar el manejo y la prestación de los servicios de residuos sólidos que realicen las municipalidades distritales y las empresas operadoras encargadas de su manejo.

En el 2021, solo el 37% de municipalidades del país valorizaban sus residuos, según datos del Ministerio del Ambiente.

¿Esto se da en la realidad? No. En Perú, son muy pocas las municipalidades que cuentan con programas de educación ambiental y sensibilización dirigidas a minimizar los residuos sólidos, y más incipiente es aún el desarrollo de sistemas de vigilancia y participación ciudadana. El MINAM expone que en el 2021 solo el 37% de municipalidades del país valorizaban sus residuos. Es decir, apenas 647 municipalidades valorizaban los residuos inorgánicos y solo 242 municipalidades, los residuos orgánicos. 

Como ente rector, el ministerio señala a RPP que no cuentan con presupuesto propio para ejecutar proyectos de inversión de rellenos sanitarios. Pero lo que sí ha ocurrido es que este año el gobierno central ha priorizado al sector Ambiente para el desarrollo de 15 proyectos de inversión en la Gestión Integral de Residuos Sólidos, que incluyen la implementación de rellenos sanitarios, cuyo presupuesto total asciende a S/ 583, 559,007.91. Estos están siendo ejecutados actualmente en las regiones de Arequipa, Ucayali, Tacna, Puno, Madre de Dios, Lambayeque, La Libertad, Huánuco, San Martin, Ayacucho, Piura, Huancavelica, Lima y Pasco.

"Estos proyectos tienen como objetivo principal mejorar la disposición final de los residuos sólidos municipales, asegurando una gestión y manejo de los residuos sólidos económica, sanitaria y ambientalmente adecuados. Esto implica la construcción y puesta en funcionamiento de modernos rellenos sanitarios que cumplan con los estándares ambientales y de seguridad requeridos en el marco normativo", subraya Patricia Talavera Chaparro, directora de la Dirección de Gestión de Residuos Sólidos del Ministerio del Ambiente.

De acuerdo al funcionario municipal Hernán Pérez, el Plan Integral de Gestión de Residuos Sólidos 2020 - 2024 (Pigars) es un plan metropolitano en el cual la Municipalidad tiene una labor de coordinación y seguimiento a los gobiernos locales sobre cómo ellos están disponiendo los residuos sólidos. “Gracias a este, tenemos información de los distritos de Lima que hacen su trabajo de disposición final de residuos de una manera directa o indirecta, conocemos qué rellenos son los que utilizan y, aproximadamente, cuál es el tonelaje que disponen de residuos sólidos”, manifestó.

Patricia Talavera expone que, a través de la colaboración y coordinación entre los gobiernos regionales, las municipalidades provinciales y distritales se podrá lograr una gestión integral y efectiva de los residuos sólidos. "Esto implica la planificación conjunta, el intercambio de conocimientos y recursos, así como la implementación de políticas y acciones coordinadas. Asimismo, el Ministerio del Ambiente brinda capacitación y asistencia técnica en inversiones relacionados a la gestión integral de residuos sólidos", concluye.

De igual forma, Pérez asegura que la Municipalidad de Lima está próxima a convocar un concurso público internacional de gestión integral de limpieza que permitirá tener un manejo eficiente en los rellenos sanitarios con las nuevas metodologías y enmarcado en las nuevas tendencias.

La importancia de segregar los residuos y reciclar

De las 21 mil toneladas de basura que generamos los peruanos a diario, solo se recicla cerca del 2%, cuando el 20% podría ser reaprovechado, según cifras oficiales. Por ello, el rol de la ciudadanía es fundamental para generar un consumo responsable y desarrollar principios relacionados a la minimización de los residuos. 

El ingeniero ambiental Larry Oblitas, destaca que, en los proyectos de residuos sólidos, el actor 100% activo, participante y permanente desde la implementación hasta la ejecución es [o debería ser] el ciudadano. “Nosotros somos los generadores de los residuos, así que debemos ser quienes los clasifiquen, quienes los pongan de manera temporal en el lugar de acopio, debemos estar al tanto de las rutas, horarios y frecuencias y, además, debemos participar en los programas de sensibilización y de comunicación de nuestros gobernantes”, aconseja.

En el Perú existen aproximadamente 180 mil recicladores, de los cuales menos del 10% está formalizado, según un estudio realizado por ONU Medio Ambiente.

Por su parte, Renzo Gomero, gerente general de la ONG Recíclame, sostiene que en el país aún hay mucha tarea por hacer, ya que no hay una cultura de reciclaje, solo esfuerzos independientes de instituciones del sector privado. Esto, pese a que el reciclaje es una actividad primordial para la economía nacional, ya que abastece de materia prima a industrias de fabricación de bienes esenciales como papel higiénico, botellas de agua, entre otros, explica.

Tras ello, postula que si se tuviera más información de toda la cadena de valor que genera el reciclaje, se tendrían decisiones más asertivas. “Es necesaria la generación de estudios como la identificación del volumen de material puesto en el mercado nacional, la capacidad instalada para disposición y valorización de residuos, entre otros”, afirma.

La labor de los recicladores es vital para esta dinámica; sin embargo, también falta una mayor información sobre cuántos existen y en qué lugares operan. “La recolección de residuos domiciliarios aprovechables es realizada principalmente por actores informales. Según un estudio realizado por ONU Medio Ambiente en el Perú existen aproximadamente 180 mil recicladores, de los cuales menos del 10% está formalizado, lo que dificulta la trazabilidad del material”, agrega.

“Si queremos un cambio en el funcionamiento del sistema de reciclaje, necesitamos que estos vengan de los altos mandos que toman las decisiones sobre el rumbo del país”, argumenta. Por ejemplo, la ONG Recíclame trabaja en conjunto con el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de la Producción y el Ministerio de Economía y Finanzas para establecer hojas de rutas, compromisos e implementar proyectos en favor de la sociedad, impulsando siempre las economías circulares.

Por su parte, Ciudad Saludable en coordinación con los municipios, busca colocar estaciones de reciclaje en espacios públicos o supermercados como una estrategia para informar y sensibilizar a la comunidad.  

Vemos estos esfuerzos que, sumados a las acciones de reciclaje y segregación de una ciudadanía comprometida, podrían revertir esta problemática.  Como dice el ingeniero Larry a modo de refrán, “una ciudad no es más limpia porque es la que más se barre, sino porque es la que menos ensucia. A la basura tenemos que separar porque la basura unida jamás será vencida”. Aún estamos a tiempo.

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Este reportaje se realizó en el marco de la campaña Ciudades con Futuro organizada por RPP con el compromiso de Enel.