Un estudio publicado en 'The Journal of Ancient Egyptian Architecture' revela cómo los antiguos egipcios aprovecharon los movimientos del sol en sus construcciones.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). Los equinoccios son los dos momentos del año en los que el Sol alcanza el punto más alto en el cielo con relación al observador, y marcan el paso a la primavera y al otoño. Un nuevo estudio publicado en The Journal of Ancient Egyptian Architecture, asegura que los antiguos habitantes de Egipto aprovecharon el equinoccio de otoño para conseguir la casi perfecta alineación que tienen entre sí las pirámides de Giza, con sus cuatro caras mirando a los puntos cardinales.
Esta civilización era capaz de determinar con precisión la posición solar durante los equinoccios con un instrumento de la época, el gnomon: una vara que mide el recorrido de su sombra tras clavarla en el suelo. Según los arqueólogos, los egipcios solo tuvieron que ir marcando los diferentes puntos que iba recorriendo la sombra del gnomon a medida que transcurría el equinoccio de otoño para acabar trazando un arco perfecto. Después, unieron dos de esos puntos y trazaron una línea recta, sobre la que construyeron las pirámides.
"Quienes construyeron la Gran Pirámide de Giza, la más grande de la tres y conocida también como Pirámide de Kheops, la alinearon con los puntos cardinales con una exactitud de no más de cuatro minutos de sombra del arco", explica Glen Dash, el autor de la investigación, que puso a prueba su método personalmente durante el equinoccio de otoño del 22 de septiembre de 2016.
El hallazgo
Resulta que las cuatro caras de las cinco pirámides dan al norte, al sur, al este y al oeste con una desviación 0,66º en contra de las agujas del reloj. Es la misma desviación que se consigue si se aprovecha el equinoccio de otoño.
En noviembre de 2017, científicos del proyecto Scan Pyramids informaron del descubrimiento de dos vacíos desconocidos en la Gran Pirámide de Guiza. El mayor mide unos 30 metros de longitud y está ubicado sobre un pasadizo gigante conocido como gran galería, que conduce a la cámara funeraria de Keops; la longitud del segundo aún no está clara. Los secretos que guarda el laberinto desde hace 4,500 años serán probablemente revelados por un robot volador. Se sospecha que podrían representar cámaras secretas que han eludido a los investigadores y saqueadores durante miles de años.
Según los expertos, hay una gran diferencia si el vacío más grande es horizontal o si está inclinado. Si el vacío más grande está inclinado, podría ser un gran pasadizo como la gran galería, pero de ser horizontal, podría contener una o más cámaras. Para descubrir por fin sus secretos, científicos del Instituto Nacional Francés de Informática y Matemática Aplicada, están construyendo una sonda parecida a un dirigible que se introduce a los monumentos antiguos a través de una pequeña hendidura de 3,5 centímetros perforada en una pared. Una vez inflado dentro de la cámara, el dron vuela como un dirigible para explorar áreas inaccesibles con un daño mínimo a los artefactos o estructuras ocultas dentro.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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