Las nuevas huellas tienen una forma inconfundiblemente humana: el dedo gordo del pie es similar a nuestro propio en forma, tamaño y posición.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera) Desde el descubrimiento de los fósiles de Australopithecus en África del Sur y del Este hace 60 años, el origen del linaje humano se ha situado en este continente. Para más inri, los descubrimientos de fósiles más recientes en la misma región, incluyendo las emblemáticas huellas de Laetoli de Tanzania, de 3,7 millones de años, que muestran pies humanos y locomoción vertical, han consolidado la idea de que el único origen de los primeros miembros del linaje humano se sitúa en África, y que allí permanecieron aislados durante varios millones de años, antes de dispersarse a Europa y Asia.
Sin embargo, se han descubierto en Grecia, concretamente en la isla de Creta, huellas humanas que podrían poner a prueba la Historia de la Evolución tal como la conocemos. La investigación, publicada en Proceedings of the Geologists' Association por un equipo internacional de expertos, muestra que las huellas tienen aproximadamente 5,7 millones de años de antigüedad y se hicieron en un momento en que trabajos anteriores sitúan a nuestros antepasados en África, con unos pies más parecidos a los de un mono.
La clave está en los pies. Los pies humanos tienen una forma muy característica, diferente de todos los demás animales terrestres: combinan una planta larga, con cinco puntas delanteras apuntando hacia delante sin garras, y la presencia distintiva de un dedo gordo. Los pies de nuestros parientes más cercanos, los grandes simios, se parecen más a una mano humana con una especie de pulgar que sobresale a un lado.
Las huellas de Laetoli, que pertenecía a Australopithecus, son muy parecidas a las de los humanos modernos, aunque el talón es más estrecho y la suela carece de arco. Por el contrario, el Ardipithecus ramidus de Etiopía, de 4,4 millones de años de edad, el hominindo más viejo conocido con fósiles razonablemente completos, tiene un pie simiesco. Los investigadores que describieron este ejemplar argumentaron que es un antepasado directo de homínidos posteriores, lo que implica que un pie similar al humano aún no había evolucionado en ese momento.
Las nuevas huellas tienen una forma inconfundiblemente humana: el dedo gordo del pie es similar a nuestro propio en forma, tamaño y posición; y la planta del pie es proporcionalmente más corta, pero tiene la misma forma general. Esto indica sin ambigüedad que pertenecen a un homínido temprano, algo más primitivo que el que dejó las huellas de Laetoli. Las de Creta se hicieron en una costa arenosa, posiblemente un pequeño delta de río, mientras que las las anteriores fueron hechas en ceniza volcánica.
"Lo que hace que esto sea polémico es la edad y la ubicación de las huellas", dice en un comunicado el profesor Per Ahlberg de la Universidad de Uppsala, y autor del estudio. Con alrededor de 5,7 millones de años, son más jóvenes que el homínido fósil más antiguo conocido, Sahelanthropus de Chad, y contemporáneo con Orrorin de Kenia, pero más de un millón de años más viejas que Ardipithecus ramidus. Esto está en conflicto con la hipótesis de que Ardipithecus es un antepasado directo de los homínidos posteriores. Además, hasta este momento, todos los homínidos fósiles de más de 1,8 millones de años (la edad de los primeros fósiles Homo de Georgia) procedían de África, lo que llevó a la mayoría de los investigadores a concluir que era allí donde la especie evolucionaba.
Lucy la etíope. Durante el tiempo en que se hicieron las huellas de Trachilos, período conocido como Mioceno tardío, el Desierto del Sahara no existía; los ambientes parecidos a la sabana se extendían desde el norte de África hasta alrededor del Mediterráneo oriental. Además, Creta aún no se había separado de la parte continental griega. Los primeros homínidos podrían haber vivido a través de Europa sudoriental como en África, y dejar sus huellas en una orilla del Mediterráneo que un día formaría parte de la isla de Creta.
Sabemos que los restos del ancestro más antiguo del hombre, homo sapiens, son los de Lucy, una australopithecus afarensis de 3,2 millones de años de antigüedad hallada en 1974 en Etiopía. Pero desde esta primera humana ¿sabemos cuántas especies han existido, evolucionado y se han relacionado entre ellos para dar lugar al ser humano moderno? Ahora, puedes leer aquí, a grandes rasgos, lo que conocemos, hasta ahora, de la evolución humana. No te preocupes si no tarda en quedarse obsoleto, significará que cada vez estamos más cerca de desentrañar nuestra historia.
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