Una pequeña especie de reptiles del sudeste asiático evoca la mítica figura del dragón.
(Agencia N+1/Daniel Meza) Los lagartos planeadores del género Draco usan sus manos para expandir sus alas, demostró el estudio de un científico alemán publicado en BioRxiv.
Esta especie de pequeños reptiles que se asemejan a dragones viven en el sudeste asiático. Viven principalmente en las copas de los árboles, aunque las hembras descienden hasta el suelo para poner sus huevos. A cada lado del cuerpo tienen una membrana llamada patagio que les ayuda a planear en el aire. Durante el reposo, este pliegue de piel se enrolla y solo se despliega nuevamente si es que el animal quiere volver a volar. Ahora resulta que estos animales, tras expandir sus alas de colgajos de piel que estiran al mismo tiempo que sus propias costillas, usan sus extremidades anteriores para un rol distinto: para ayudar a extender sus alas y probablemente planear durante su vuelo.
Para llegar a estas conclusiones, el herpetólogo Maximiliano Dehling, de la Universidad de Koblenz, Alemania, fotografió unos 50 vuelo de lagartijas del género Draco deslizándose de un árbol a otro en el sur de la India. En todos los casos, inmediatamente después de lanzarse desde el árbol, el lagarto llevó atrás sus extremidades anteriores, tomó el ala sin desdoblar (patagio) y la estiró hacia adelante. Según el experto, el movimiento es rapidísimo y tomar fotos de este proceso le fue muy difícil.
El lagarto, narró el experto, continuó sosteniendo su patagio hasta el último momento del vuelo, momento en que lo soltó para ocupar las extremidades en el aterrizaje.
Para sostener sus alas, estos lagartos deben rotar sus muñecas hacia adelante unos 90 grados. Dehling apuntó que sólo los lagartos del género Draco tienen esta cualidad, mas no otras lagartijas o animales. Lo anterior sugiere que las extremidades habrían evolucionado para la tarea. Además de ayudarle a estirar las alas, esta suerte de mano ayuda al animal inclinarse o variar de dirección durante su vuelo, indicó Dehling. Dicha característica haría a estos lagartos únicos entre los vertebrados voladores modernos al controlar el vuelo con algo más que sus propias alas.
Otros científicos citados por Newscientist indicaron haber sospechado de esta característica antes, aunque destacaron el trabajo de Dehling por documentarlo por primera vez. Este último sin embargo, no demostró que los referidos lagartos utilizan sus ‘manos’ para planear.
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