Según un estudio presentado en Europa, la clave para evitar los malos olores axilares está en las bacterias de esta parte del cuerpo.
(Agencia N+1 / Hans Huerto). No es un misterio: si el olor que emana tu cuerpo es fuerte, se debe a un coctel de bacterias presente en tu piel. En el caso particular de las axilas, existen algunos desodorantes comerciales que incluso pueden llegar a modificar la composición bacteriana de tu organismo en esta parte del cuerpo.
Afectar estos microorganismos, sin embargo también pasa factura, pues no son del todo perjudiciales y muchos de ellos cumplen funciones en pro de nuestra salud, como los que componen la flora intestinal. Entonces, si el problema son nuestras bacterias, ¿por qué no las cambiamos en vez de tratar de extinguirlas? Esto resolvería el problema, por lo menos durante un mes o dos, según con los hallazgos presentados en el Karolinska Dermatology Symposium en Estocolmo, Suecia, el mes pasado por Chris Callewaert de la Universidad de California.
Cómo lograrlo es trabajo científico. La piel, el órgano humano más extenso de todos, tiene diversos ecosistemas bacterianos. Dependiendo del uso y cuidado que se le dé a diferentes partes del cuerpo, pueden incluso diferir de lado a lado. Lo cierto es que la producción de ciertas sustancias volátiles por parte de las bacterias es lo que le da el olor cargado al sudor de nuestras axilas.
El experimento. Hace algunos años, Callewaert conoció a dos gemelos, uno con un olor corporal particularmente fuerte. El investigador sospechaba que las diferentes bacterias en sus axilas podrían ser la causa de sus olores distintos, por lo que propuso un “trasplante” de bacterias. Empezó pidiéndole al gemelo sin problemas de malos olores abandonar el aseo por cuatro días para que las bacterias en las axilas, que viven en la profundidad de la piel, tengan tiempo para salir a la superficie a bordo de células de piel muerta.
En esos días, el otro gemelo lavó sus axilas a diario con jabón antibacteriano para dejarle la cancha limpia a las bacterias de su hermano. Tras recoger la piel muerta de las axilas de un hermano, para untar la materia en las axilas del gemelo oloroso, su problema se fue. Callewaert ha repetido el procedimiento en 17 individuos con malos olores y sus respectivos parientes cercanos.
De los 18 casos en total, 16 vieron mejoras en un mes. La mitad del grupo tuvo mejoras que duraron tres meses o más. Callewaert y su equipo comenzaron a desarrollar un cultivo genérico de bacterias que podría ser empleado sin recurrir a los extractos de piel de familiares: "Todavía es muy experimental, pero estoy seguro de que puede funcionar".
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