El reinicio de las fábricas en China tras la baja de contagios del nuevo coronavirus ha tenido un efecto negativo en el medio ambiente.
Tras meses de lucha contra el nuevo coronavirus (COVID-19), China parece haber controlado su proliferación y las fábricas están volviendo a funcionar tras días de cuarentena obligatoria. Hay un perjudicado: el medio ambiente.
El satélite Copernicus Sentinel 5-P de la Agencia Espacial Europea (ESA), el mismo que captó la reducción de la polución en Italia por el brote del COVID-19, captó cómo el dióxido de nitrógeno llegó a niveles bajísimos en febrero coincidiendo con las fábricas cerradas. Marzo marcó el reinicio de muchas labores y eso se observa en las emisiones.
La animación inicia a finales de 2019 y culmina con los primeros días de marzo de 2020.
“Una bajada en las emisiones a finales de enero es visible, coincidiendo con la cuarentena nacional. Los niveles de dióxido de nitrógeno han vuelto a incrementarse desde el inicio de marzo”, explica ESA.
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