Esta proeza de la astronomía despegará a millones de kilómetros de la Tierra y podrá detectar cualquier galaxia del universo.
Tras dos retrasos en su lanzamiento programado en 2018, la NASA ha afirmado que aún continúa comprometida con el despegue del telescopio espacial James Webb (JWST). Esta misión cuenta con el esfuerzo conjunto de las agencias espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá, con un costo de 9,6 mil millones de dólares detrás de su planificación.
Este observatorio fue ensamblado en agosto de 2019 pero tras diversas pruebas conducidas por la NASA, se decidió que la fecha de lanzamiento pasará al 2021 tras haber sido inicialmente planeada en 2007 y haber sufrido dos retrasos en 2018 debido a su alto costo de producción y la dificultad que existe respecto a su salida de la Tierra.
“El año pasado fue un tiempo emocionante para el James Webb. Éste será nuestro siguiente gran observatorio” dijo Paul Hertz, director de la división de astrofísica de la Dirección de Misión Científica de la NASA. El científico actualizó el estado del telescopio espacial el sábado 5 de junio.
Aunque el James Webb ya esté totalmente armado dentro de las instalaciones de la agencia espacial, la NASA aún debe realizar una serie de pruebas en el vuelo del cohete que llevará al telescopio a las profundidades del espacio. Primero, los científicos de la entidad probarán los tipos de vibraciones y ambientes acústicos que experimentará el cohete Ariane 5 durante su lanzamiento para posteriormente seguir con más pruebas durante 15 meses.
“Estamos a punto de terminar de construir el observatorio; es nuestro trabajo prometer que lo haremos lo más pronto posible. Tenemos el telescopio espacial James Webb, ahora solo debemos lograr que funcione como está planeado” dijo Eric Smith, científico de la NASA.
La posibilidad de mirar al pasado
Como se explica anteriormente, este instrumento continuará con la labor del telescopio espacial Hubble de detectar cualquier galaxia que exista en el universo por más lejos que se encuentre. Sin embargo, esta no será la única misión del James Webb ya que este también tendrá la función de ver el pasado del universo.
Todo esto será posible gracias a la implementación del Mid Infrared Instrument (MIRI), uno de los cuatro detectores del telescopio. ¿Cómo es esto siquiera imaginable? La clave está en el límite de la velocidad de la luz que es de 300,000 km/s. Entendiendo esto, cuanto más lejos está el objeto que irradia la luz, más atrás vemos en el tiempo debido a lo que demora en atravesar el espacio.
El MIRI será una ayuda ideal para que los astrónomos y científicos de las agencias espaciales puedan ver y estudiar a detalle los cuerpos celestes que se encuentran a millones de años luz de distancia, incluso para evaluar las atmósferas de estas estrellas que prometan signos de vida extraterrestre en lo recóndito del espacio.
Al no tener una atmósfera que distorsione la visión en el espacio, el James Webb utilizará sus diversos instrumentos para ver la luz infrarroja que irradian los cuerpos celestes en el espectro electromagnético, detectando objetos que son invisibles al ojo humano.
De este modo, este telescopio espacial que cuenta con un espejo de 6,5 metros y tiene el tamaño de una cancha de tenis, incluso logrará ver hacia un tiempo cercano al origen del universo, el evento conocido como Big Bang, gracias al MIRI y sus bondades.
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