El vehículo robótico que tiene como objeto conocer el interior del planeta rojo, así como otras condiciones del mismo.
La NASA ultima los detalles del lanzamiento de InSight, misión destinada a explorar el interior de Marte para conocer más sobre el origen de la Tierra.
A partir del próximo 5 de mayo, la NASA podrá enviar un vehículo robótico que tiene como objeto conocer el interior del planeta rojo, así como otras condiciones del mismo, con el fin de descubrir más sobre cómo se formó este.
"El objetivo no es otro que conocer más sobre el nacimiento de la Tierra, y lo hacemos desde Marte, aunque puede sonar raro", explicó durante una rueda de prensa Bruce Banerdt, investigador principal de la misión, quien dijo que ésta supone el cumplimiento de los sueños acumulados durante los últimos cuarenta años.
El experto incidió en que al conocer el núcleo de Marte podrán saber más sobre cómo ha evolucionado el planeta, sus capas y el propio corazón del mismo, lo que les permitirá realizar extrapolaciones para comprender la formación de la Tierra.
Todo esto tratarán de conseguirlo mediante un robot en el que se incluye un monitor de seísmos y un pequeño "torpedo" que irá penetrando en la superficie hasta alcanzar los cinco metros de profundidad, lo que posibilitaría medir la temperatura interna marciana por primera vez en la historia, según destacaron.
De este modo, InSight combinará la información sobre los flujos de calor con otros datos obtenidos en el lugar para revelar cómo la energía implica determinados cambios en la superficie.
Sobre la protección necesaria para el dispositivo ante los bruscos cambios de temperatura, Banerdt subrayó que "no solo tienes que tener el aparato, sino que tienes que protegerlo", lo que les ha llevado a generar un sistema con múltiples capas: "Es como una muñeca rusa", bromeó.
Marte no es un destino fácil para las misiones espaciales, ya que tan solo el 40% de las que se programan tienen éxito. Los contratiempos también han afectado a InSight, cuyo lanzamiento inicial se preveía en 2016, pero tuvo que ser retrasado a mayo de 2018.
La explicación reside en que es el momento en el que ambos cuerpos se alinearán de nuevo, dado que Marte se encuentra a mayor distancia del Sol que la Tierra y su movimiento orbital es más largo, por lo que los planetas azul y rojo tardan 26 meses en volver a alinearse. (EFE)
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