Un investigador de la NASA publicó las fechas de estos acercamientos. Conoce qué se puede hacer para detectar y posiblemente evitar un impacto con la Tierra.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). Un asteroide que colisiona con la Tierra. Esta terrorífica fantasía ha alimentado incontables obras de ciencia ficción y los temores de muchos. Y la NASA no está para calmar nuestros miedos. Ron Baalke, un explorador espacial, ha twitteado los cinco asteroides conocidos que se espera que vuelen cerca de la Tierra en los próximos meses. Tan cerca como a menos de una distancia lunar.
Los encuentros. Según Baalke, el primer encuentro cercano se producirá el 23 de julio, cuando el objeto 2017 BS5, que se prevé que tenga un diámetro de 40-90 metros, se acerque a 3,15 distancias lunares (1.2 millones de kilómetros) de la Tierra. Pero se estima que el cuerpo más preocupante, el Objeto 2012 TC4, se aproximará el 12 de octubre, cuando pase a solo 0,15 distancias lunares (57.659,5 kilómetros), aunque, afortunadamente, el asteroide será de los más pequeños, con solo 12-27 metros de diámetro.
Otros tres encuentros ocurrirán el 3 de diciembre, el 24 de febrero y el 2 de abril, según Baalke, que, aunque ha destacado estos pocos, afirma que podría haber algunos más. De hecho, este pasado enero, un asteroide tan grande como un autobús se acercó más a la Tierra que la Luna. El objeto, apodado 2017 FJ101, pasó a 325.087 km de nuestro planeta, y en abril, otro de un tamaño similar al Peñón de Gibraltar, en España (aproximadamente 650 metros de largo), se aproximó a una distancia de 1,8 millones de kilómetros.
Estrategias. Durante años, los científicos han tratado de averiguar cómo lidiar con esta amenaza, que podría golpearnos con poca o ninguna advertencia. La Casa Blanca publicó un documento llamado Estrategia Nacional de Preparación de Objetos Cercanos a la Tierra, que describe el plan si un meteorito o un asteroide se cruza en nuestro camino. En siete metas principales, EE.UU. se enfoca en mejorar la predicción de la ruta de estos objetos, llamdos NEO, y sus sistemas de alerta de emergencia, e invertir en sondas espaciales de alta tecnología capaces de aniquilarlos.
El miedo a una colisión no es infundado. En 2013, un meteorito de 56 pies (17 metros) golpeó Chelyabinsk (Rusia) e hirió a más de mil personas. Esta es la razón por la cual una de las estrategias en el documento es mejorar los métodos para detectar los NEO antes de que sea demasiado tarde. “Los impactos de NEO son un riesgo global y podrían tener consecuencias ambientales, económicas y geopolíticas importantes”, dijo en diciembre Joseph Nuth, investigador del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en el marco de la reunión anual de la Unión Geofísica Americana.


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