Los astrónomos han visto cómo una estrella masiva se transforma en un agujero negro.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). Por primera vez en la historia, se ha observado la muerte de una enorme estrella y su renacimiento como un agujero negro. Los científicos esperaban que se produjera una gran explosión, ya que, cada segundo, una estrella supermasiva fallece dando lugar a una supernova en algún lugar del Universo, pero en cambio, la estrella N6946-BH1, situada a 22 millones de años luz de nuestro planeta, en la galaxia espiral NGC 6946 (conocida como la galaxia de los fuegos artificiales precisamente por el brillo de sus numerosas supernovas), simplemente desapareció de su vista.
Según explican los investigadores en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, el cuerpo, 25 veces más masivo que nuestro sol, comenzó a iluminarse débilmente en 2009, pero para 2015 parecía haber dejado de existir. Para saber qué había ocurrido, los astrónomos combinaron la energía del Gran Telescopio Binocular (LBT), que había detectado la aparición de la estrella, y de los telescopios espaciales Hubble y Spitzer de la NASA. Según los científicos, hallar cualquier radiación infrarroja que emanara desde ese punto habría sido una señal de que este cuerpo celeste todavía vivía, tal vez oculto detrás de una nube de polvo. Después de no detectar ninguna prueba de su existencia y tras un meticuloso trabajo, los investigadores llegaron a la conclusión de que la estrella se había convertido en un agujero negro.
Agujeros negros masivos. Hasta ahora, la idea más aceptada era que una estrella podría formar un agujero negro solo después de que explotar como una supernova, pero este hallazgo podría explicar por qué no suelen observarse supernovas de las estrellas más masivas: los autores creen que el 30% de ellas podrían perecer silenciosamente dando lugar a un agujero negro. Este trabajo abre la puerta a explicar el origen de los agujeros negros muy masivos, a lo que dedica sus esfuerzos el Observatorio de Ondas Gravitacionales del Interferómetro Láser (LIGO).
La mayoría de las galaxias contienen un agujero negro supermasivo dentro de ellas, con una masa de la magnitud de millones de soles. Pero no son solo un cementerio de estrellas, también generan poderosos flujos de material, gas y polvo, que desencadena la formación de nuevas estrellas. Un grupo de científicos europeos reveló en marzo que las estrellas se forman dentro de los flujos de material expulsados de los agujeros negros supermasivos en un estudio publicado en la revista Nature.
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