Todo queda preparado para el lanzamiento del dispositivo espacial de la NASA, la primera que penetrará en la atmósfera de la estrella y recopilará información sobre el viento solar. Está previsto que la misión dure hasta 2025.
El día en que la humanidad lleve su primera misión a tocar el Sol está a punto de llegar: la nave Parker Solar Probe de la NASA ha completado los procedimientos finales en la sala limpia antes de su traslado a la plataforma de lanzamiento, donde se integrará en su vehículo de lanzamiento, un Delta Alliance United Launch Alliance.
La nave tiene previsto despegar el 11 de agosto desde Cabo Cañaveral (Florida), y alcanzar su órbita en torno al Sol el 1 de noviembre. La fuerza de gravedad de la estrella, casi 30 veces mayor que la de la Tierra, acelerará la nave hasta los 200 kilómetros por segundo, la mayor velocidad jamás alcanzada por un artefacto espacial.
Enfrentándose a temperaturas de varios millones de grados Fahrenheit, Parker Solar Probe de la NASA, llamado así por Eugene Parker, el físico de la Universidad de Chicago (EE.UU.) que predijo por primera vez la existencia del viento solar, tomará muestras directas de partículas solares y campos magnéticos en un intento por descubrir cuál es el origen del viento solar y cómo se acelera a velocidades de hasta casi tres millones de kilómetros por hora.
Asimismo, recopilará información sobre la vida de las estrellas y sus eventos meteorológicos, con el fin de ayudar así a los científicos a mejorar la forma de predecir los peligrosos destellos solares.
Un poco de historia
En 1958, Eugene Parker desarrolló una teoría que muestra cómo la corona caliente del Sol, que entonces se sabe que tiene millones de grados Fahrenheit, es tan caliente que supera la gravedad del Sol. De acuerdo con la teoría, el material en la corona se expande continuamente hacia afuera en todas las direcciones, formando un viento solar.
Un año más tarde, la nave espacial soviética Luna 1 detectó partículas de viento solar en el espacio, y tres años después de eso, las observaciones fueron confirmadas por la nave espacial Mariner 2 de la NASA.
Está previsto que la misión solar de la NASA dure hasta 2025, aunque su funcionamiento podrá extenderse más allá mientras funcionen dos componentes claves: los paneles solares y los propulsores que se encargan de que el escudo térmico dé siempre la cara al Sol. Cuando se agote el combustible la sonda quedará desprotegida y se derretirá sin producir llamas, pues no hay oxígeno en la atmósfera del Sol.
(Con información de N+1)
Comparte esta noticia