Las huellas medioambientales del rubro del turismo espacial no son menores y los científicos se cuestionan si realmente son necesarios.
Un solo vuelo de turismo espacial emite tanto dióxido de carbono como mil millones de personas en toda su vida, señala el 'Informe de Desigualdad Mundial de 2022'.
De acuerdo con el estudio, "la ilustración más llamativa de la contaminación extrema asociada a la desigualdad de la riqueza en los últimos años sea el desarrollo de los viajes espaciales".
Números por vuelo
Según las estadísticas, estos vuelos espaciales, que no suelen permanecer más de 11 minutos fuera de los 80 kilómetros de altitud, emite -al menos- unas 75 toneladas de carbono por pasajero.
En comparación, mil millones de personas pueden emitir, juntos, una tonelada por año.
Para el estudio, el informe se basa específicamente en los vuelos de Blue Origin, empresa de Jeff Bezos. Precisamente, sus naves usadas usan combustible que no emite dióxido de carbono como tal, pero ese combustible se produce con un proceso que sí produce grandes emisiones.
Earl Blumenauer, un representante de la cámara del estado de Oregon, en EE.UU., planteaba la creación de una ley y ese nuevo impuesto que gravara de forma contundente a cualquiera que viajara al espacio "con propósitos distintos al de la investigación científica". Porque, en resumidas cuentas, los multimillonarios no están viajando por ciencia, sino por placer al espacio.
El informe también señaló que el 1% de las personas más ricas emite alrededor de 110 toneladas de emisiones de carbono por año. Dejando a un lado todos los vuelos a gran altitud, las personas más ricas siguen produciendo muchas veces más contaminación de carbono en un año promedio que una persona entre los mil millones más pobres en toda su vida.
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