Dos físicos nucleares peruanos analizan la repercusión que significó el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki hace 71 años y el conflicto científico que provocó su uso para obligar a Japón a claudicar.
Obtener la rendición de Japón, cuando el escenario de la Segunda Guerra Mundial se había trasalado de Europa al Asia, tuvo un costo social muy alto. El presidente estadounidense Harry S. Truman autorizó los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki para obligarlos..
¿LOS FINES JUSTIFICAN LOS MEDIOS?.
El 6 de agosto de 1945, el arma nuclear 'Little Boy' cayó sobre Hiroshima provocando que más de 70 mil personas muriesen instantáneamente, producto de la explosión, una cifra que se acrecentó a fines de ese año como consecuencia de los efectos colaterales de la explosión atómica.
El 9 de agosto, cuando el mundo aún no salía del estupor y Japón no terminaba de llorar a sus muertos, el arma nuclear 'Fat Man' cayó sobre Nagasaki, provocado la muerte instantánea de 40 mil personas. Los norteamericanos estaban decididos a culminar, al costo que fuera la guerra y el Gobierno nipón lo entendió así, de tal manera que firmó la rendición el 15 de agosto de ese año,
Paul Warfield Tibbets, fue el piloto del bombardero B-29 Enola Gay, el avión desde donde se lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima, Nunca mostró remordimiento, como sí lo tuvieron otros miembros de su tripulación. Tras el término de la guerra, manifestó que "volvería hacerlo bajo las mismas circunstancias".
"Si Dante se hubiera encontrado con nosotros en el avión, se habría horrorizado. La ciudad que vimos tan claramente bajo la luz del día estaba después recubierta de una horrible mancha. Todo había desaparecido bajo esa espantosa cobertura de humo y fuego", señalaba
Falleció en Ohio (Estados Unidos) en el 2007, a la edad de 92 años.
LO QUE SIGNIFICÓ EL BOMBARDEO DE HIROSHIMA Y NAGASAKI
Después del bombardeo, Hiroshima quedó con una población diezmada y el 80% de los edificios en escombros o severamente dañados. Aún se barajan cuál fue la cantidad exacta de personas que murieron en total, ya seas por la explosión de la boma atómica o por los efectos de la radioactividad.
Caso similar fue el de Nagasaki, en segundos, el norte de la ciudad quedó destruido, calculándose unas 40 mil personas muertas instantáneamente. Años costó sobreponerse al dolor y reconstruir estas ciudades y restañar heridas. Una oportunidad fueron los Juegos Olímpicos celebrados en Tokio en 1964.
Las olipiadas tuvieron un cariz de reconciliación entre Estados Unidos y Japón. Los nipones delegaron a Yoshinori Sakai, para encender el pebetero olímpico. El joven de 19 años, había nacido en la prefectura de Hiroshima el mismo día en que la bomba atómica destruyo esa ciudad.
Los japoneses quisieron simbolizar el triunfo de la vida sobre la muerte, mostrando al llamado "bebé de Hiroshima" ante los ojos del mundo pendientes de aquella contienda deportiva.
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