Investigadores hallaron que en muchos tipos de cáncer, especialmente en los de piel, el número de mutaciones eran más altas en los "genes promotores".
Científicos australianos descubrieron que la reparación del ADN en regiones importantes del genoma humano puede aportar nuevas claves para evitar que las células se vuelvan cancerígenas, según un estudio publicado este jueves.
"El estudio también nos dice que si bien el cuerpo humano tiene una gran capacidad de repararse, hay ciertas partes de nuestro genoma que no lo hacen bien cuando son dañados por mutágenos como los rayos ultravioletas o el tabaquismo", dijo su autor Jason Wong, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés).
Para su investigación, los científicos de la UNSW, cuyo estudio se publicó en la revista científica Nature, analizaron más de 20 millones de mutaciones de ADN en 1.161 tumores de 14 tipos de cáncer, según el comunicado remitido por la universidad australiana.
Los investigadores hallaron que en muchos tipos de cáncer, especialmente en los de piel, el número de mutaciones eran particularmente altas en las regiones del genoma conocidas como "genes promotores", que son las que controlan cómo se expresan los genes determinando así el tipo de célula y sus funciones.
El estudio arrojó que el número de mutaciones de ADN aumenta en los genes promotores debido a que las proteínas que unen el ADN al control de la expresión del gen bloquean uno de los sistemas de reparación celular encargado de corregir los daños en el ADN afectado, agregó la UNSW.
Este sistema al que se refiere el estudio es conocido como el mecanismo de reparación por escisión de nucleótidos (NER, siglas en inglés), que es uno de los mecanismos de reparación del ADN que se dan en las células humanas y el único capaz de reparar los daños producidos por la exposición a los rayos ultravioletas.
Según Wong, el estudio recoge evidencias fuertes que apuntan a que el aumento de las mutaciones en las regiones de los genes promotores son causados cuando el sistema NER está comprometido, por lo que recomendó evitar los factores ambientales dañinos para minimizar estos daños que pueden provocar cáncer.
Hasta ahora la comunidad científica había identificado solamente un promotor de la mutación conocido como transcriptasa inversa de la telomerasa (TERT, por sus siglas en inglés), que contribuye al cáncer, recordó el comunicado de la UNSW.
Wong instó a promover las investigaciones sobre el impacto de las mutaciones de los genes promotores en el desarrollo del cáncer, para ayudar a los médicos a entender porqué se desarrollan ciertos tipos de cáncer, prevenir esta enfermedad y desarrollar tratamientos más ajustados a las necesidades de sus pacientes. EFE
Comparte esta noticia