La Ambrosia arborescens es conocida como marco o artemisa en Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia, países andinos en cuyas alturas prospera esta especie, empleada tradicionalmente con fines medicinales.
(Agencia N+1 / Hans Huerto) El cáncer fue la principal causa de muerte en todo el mundo, con 8,8 millones de víctimas tan solo en 2015, de acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. Acaso el aspecto más letal de esta enfermedad —que, en sencillo, es una mutación a nivel celular que transforma en células tumorosas las saludables— es su rápida expansión en el organismo, con células anormales que crecen sin control por la acción de células madre cancerosas. Así, la enfermedad puede invadir partes adyacentes del cuerpo, desencadenado la metástasis, un cuadro de cáncer generalizado de difícil tratamiento.
Por lo tanto, evitar la propagación del cáncer para salvarle la vida al paciente es casi tan urgente como extirparlo de su organismo y sin duda es un factor crítico que puede potenciar la eficacia de los tratamientos. Hoy, gracias a un estudio de la Universidad de Lund (Suecia) y la Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia), publicado en la revista PLOS One, sabemos de una planta sudamericana que es efectiva en el control del crecimiento del cáncer, neutralizando la actividad de sus células madre. "Diferentes células cancerosas tienen diferentes habilidades para sobrevivir a la quimioterapia Las células madre cancerosas pueden considerarse el tipo más peligroso, ya que parecen tener una resistencia inherente a los fármacos quimioterapéuticos”, señala Stina Oredsson, de la Universidad de Lund, una de los autores del trabajo.
La Ambrosia arborescens es conocida como marco o artemisa en Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia, países andinos en cuyas alturas prospera esta especie, empleada tradicionalmente con fines medicinales.
Los investigadores han aislado el sesquiterpeno lactona damsin de la planta y estudiado su efecto sobre las células madre de cáncer en tres diferentes líneas de células de cáncer de mama. También han realizado estudios similares utilizando lo que se conoce como un análogo sintético a la damsin, llamado ambrosina. Los resultados demostraron por primera vez que ambos compuestos tienen un efecto sobre las células madre del cáncer, inhibiendo su crecimiento y propagación entre las células estudiadas.
Incluso en bajas concentraciones, las sustancias inhiben la división y movilidad de las células cancerosas, lo que causa la contracción del tumor, en la medida en que disminuye la proliferación celular.
Pese a que los resultados obtenidos se han dado en laboratorio, sobre cultivos celulares, Oredsson señala que la investigación puede ser el primer paso hacia el tratamiento eficaz de las células madre del cáncer, es decir, las células que se cree que causan metástasis.
“Nuestros resultados pueden contribuir al desarrollo de nuevos fármacos contra las células madre del cáncer pero, desafortunadamente, toma mucho tiempo para pasar de la investigación básica a las drogas utilizables ", dice Stina Oredsson, quien con su equipo continúa desarrollando otros compuestos análogos al damsin y ambrosin, también con efectos similares, cuyos resultados aún no han sido publicados.
La forma en que el cáncer resiste la acción de diversas terapias gracias a sus células madre ha sido ampliamente estudiada. Según una investigación publicada en mayo último, realizada por científicos de la Universidad de Princeton (EE.UU.), las células madre cancerosas utilizan programas genéticos propios de las células madre normales para adquirir propiedades extra, lo que les confiere la capacidad de adaptación para ser más agresivas, iniciar el crecimiento tumoral, la metástasis y la resistencia a la quimioterapia.
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