Investigadores descubren una nueva molécula que puede contener la clave para la regeneración y reparación de las células cardíacas dañadas.
(Agencia N+1/Hans Huerto). Una investigación del Instituto de Genoma de Singapur (SIG) y el Sistema de Salud Universitario Nacional (NUHS), publicada en la revista Nature Communications, da cuenta de un método desarrollado para promover la auto-curación entre células cardíacas dañadas. Ello, tras la identificación de un ácido ribonucleico no-codificante (ncRNA) que regula los genes que controlan la capacidad de las células del corazón para regenerarse. El ncRNA descubierto, bautizado por los científicos como “Singheart”, abre la puerta a nuevas terapias para tratar diversas insuficiencias cardíacas.
Mientras tejidos como los óseos o de la piel tienen la capacidad de sanarse de manera autónoma, las células del corazón carecen de tal característica, complicando la recuperación luego de un infarto, por ejemplo, o en caso de sufrir enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en todo el mundo, con un estimado de 17,7 millones de decesos en 2015.
El hallazgo científico. En este proyecto, los investigadores usaron tecnología de célula única para explorar patrones de expresión génica en corazones sanos y enfermos. El equipo descubrió que una única subpoblación de células en corazones enfermos activa programas de genes relacionados con la división de células cardíacas, hallando la heterogeneidad de la expresión génica de las células del corazón enfermo por primera vez.
Además, los científicos también encontraron que lo que impide que las células del corazón se dividan y por lo tanto se auto-curen podría, precisamente, ayudar a desencadenar la reparación y regeneración de las células del corazón.
Un avance importante. Roger Foo, autor principal del estudio, investigador principal en el Instituto de Investigación Cardiovascular (CVRI) de NUHS y consultor senior en el National University Heart Center de Singapur (NUHCS), señala que en contraste con una herida de la piel, donde la costra se cae y la nueva piel crece de nuevo, el corazón carece de tal capacidad de auto-sanación: “Si el corazón estuviera facultado para sanar como la piel, un ataque al corazón sería desterrado para siempre".
Esta nueva investigación es un paso significativo hacia el desbloqueo del potencial regenerativo completo del corazón y puede traducirse en un tratamiento más efectivo para las enfermedades del corazón.
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