Cada cierto tiempo circulan teorías sobre un inminente apocalipsis. Ahora se anuncia la colisión de la Tierra con el planeta Nibiru, que este sábado 23 debería chocar con nuestro planeta.
(Agencia N+1 / Hans Huerto) Los lamentables terremotos en México este mes así como la intensa temporada de huracanes que viene azotado el Atlántico con siete de estos fenómenos a la fecha pueden servir de combustible a las febriles imaginaciones de quienes andan convencidos hace años de que las autoridades y gobiernos nos ocultan que el fin de la Tierra está próximo. Mejor dicho, que ocurrirá este fin de semana.
Y a menos que hayas vivido debajo de una roca en los últimos 30 años, cada cierto tiempo vuelven estas teorías apocalípticas, claro está, reinventadas y con variantes (necesariamente, en la medida en que una y otra vez la realidad confirma el desmentido científico que se adelanta a invalidar todos estos miedos inventados).
Un planeta desconocido
La patraña de turno es la inminente colisión de la Tierra con el planeta Nibiru, que este sábado 23 debería chocar con nuestro planeta, de acuerdo con esta versión, y ponerle punto final a la historia de la raza humana o al menos cambiar su rumbo para siempre.
La historia que afirma que Nibiru, un supuesto planeta descubierto por los sumerios, se dirige hacia la Tierra no es nueva. La primera fecha predicha de colisión era el mayo de 2003; naturalmente, nada ocurrió entonces. Luego, relacionaron al también llamado Planeta X con el fin de los tiempos supuestamente signado en el calendario maya, que cerraba uno de sus ciclos en el solsticio de invierno de 2012 (21 de diciembre). Nada ocurrió entonces. Esta vez, la suerte del planeta será la misma.
El responsable de la reinvención del cuento es el numerólogo cristiano David Meade, cuya versión de los hechos es recogida en un vídeo viral de cuatro minutos en YouTube, que con una banda sonora de espanto explica cómo se acabará la Tierra este sábado.
El pronóstico de Meade se basa principalmente en versículos y códigos numéricos en la Biblia y su relación con el número 33. Meade lo detalla en declaraciones al diario The Washington Post: “Jesús vivió durante 33 años. El nombre Elohim, que es el nombre de Dios para los judíos, fue mencionado 33 veces [en la Biblia] […] Es un número bíblico muy significativo, numerológicamente significativo. Estoy hablando de astronomía. Estoy hablando de la Biblia ... y fusionando los dos”. Para rematar la ocurrencia: el 23 de septiembre llega 33 días después del eclipse solar total del 21 de agosto, que Meade cree es un presagio.
Otra de las versiones señala que Nibiru pasará el mes entrante a tan solo 6,5 millones de kilómetros de la Tierra, lo suficiente para que con su supuesto campo gravitacional cambie la orientación de los polos y genere sismos cataclísmicos.
Pese a lo viral de estos mitos, Meade debe saber que poca verdad hay en ellos: la productora radial canadiense Robyn Flynn ha asegurado en su cuenta de Twitter que ha intentado concertar una entrevista con el vocero de que el fin del mundo llega este sábado; Meade le ha respondido que recién la semana entrante tendrá tiempo para ello.
La ciencia asesina al mito
Como el rumor no es nuevo, los desmentidos que obligadamente publica la NASA (se acusa a diversas agencias espaciales de ocultar la verdad) tampoco lo son. Ya en 2012 el organismo estadounidense señalaba “Nibiru y otras historias sobre planetas encubiertos son un engaño de Internet”: “No existen fundamentos fácticos para estas afirmaciones. Si Nibiru o el Planeta X fueran reales y se dirigieran a un encuentro con la Tierra en 2012, los astrónomos habrían estado rastreándolo por lo menos durante la última década, y ahora sería visible a simple vista. Obviamente, no existe”.
De hecho, a estas alturas el Planeta X ya debería aparecer claramente en el firmamento. El científico espacial de la NASA David Morrison ha explicado ya en 2014, en un video ampliamente difundido por YouTube, que el Planeta X ya tendría que lucir brillante en el cielo y ser fácilmente divisable sin mayor herramienta que el ojo humano. Desde cualquier punto de la Tierra.
Más aún: el mito señala que la órbita de Nibiru se completa cada 3.600 años, con lo cual su paso por la Tierra presuntamente previsto para este sábado no sería el primero. De ser el caso, anteriores acercamientos hubiesen tenido graves consecuencias en la Tierra y la Luna que hasta hoy podríamos observar. La configuración que conocemos y vemos del Sistema Solar se vería ya completamente trastocada porque la gravedad de Nibiru —por sí sola y sin necesidad de que el supuesto planeta choque con otros— desestabilizaría a las órbitas de la Tierra, Venus y Marte. "En cambio, en el Sistema Solar interior, vemos planetas con órbitas estables", dice Morrison. "Vemos a la Luna girando alrededor de la Tierra". De ser real Nibiru, incluso la órbita de la Luna se hubiese perdido hace mucho, presume Morrison.
Otras versiones aseguran que Nibiru es en realidad una enana marrón con planetas a su alrededor, en rumbo hacia la Tierra. Las evidencias y consecuencias en este caso tendrían que ser aún mucho más contundentes y graves para darle cierto asidero al mito.
Es preciso recordar que en la actualidad la observación astronómica no solo recae en manos de agencias espaciales, que usualmente generan las suspicacias de los defensores de mitos como el de Nibiru. Miles de grupos de astrónomos amateurs no asociados con la NASA o sus pares en el mundo barren los cielos de noche con sus equipos en busca de nuevos cuerpos y anomalías, las mismas que en ocasiones sirven de base para nuevos descubrimientos astronómicos, al ser refrendadas por observatorios de mayor rango. Un ejemplo, The Amateur Sky Survey.
Así que si algún conocido te quiere convencer de prepararte para el fin este sábado, lo mejor sería responderle con las palabras del cierre del video de Morrison: “Supérenlo. Nibiru no existe, tampoco el Planeta X”. ¿Un mejor plan de fin de semana? Salir a ver las estrellas, sin miedo, que ninguna planea chocarse con la Tierra.
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