'Super Eagles 96' rememora la progresión de la selección de fútbol de Nigeria en la década de los noventa, coronada con su oro olímpico en los Juegos Olímpicos.
La epopeya victoriosa de la selección nacional de fútbol de Nigeria, que en medio de una serie de conflictos políticos internos dio la sorpresa al convertirse en campeona olímpica en 1996, es relatada en un documental cuyo director cree que contribuirá a superar los "estereotipos" sobre África.
Super Eagles 96, que se mostró por primera vez en el Festival de cine de Londres, rememora la progresión de la selección masculina de Nigeria en la década de los 1990, coronada con su oro olímpico en Atlanta.
Con las 'Super Eagles' (Super Águilas, apodo del equipo) tuvo lugar la primera victoria de un equipo africano en un torneo internacional, un éxito celebrado en todo el continente.
Pero la cinta se interesa también por las tormentas políticas que atravesó Nigeria en aquella época, con el ascenso de la oposición luego de 30 años de dictadura militar en ese país de 200 millones de habitantes, el más poblado de África.
"No podíamos contar esta historia de fútbol sin evocar lo que pasaba en el mismo momento, porque los dos entraban en colisión", afirma a la AFP Yemi Bamiro, el director nacido en el Reino Unido en una familia nigeriana, quien confiesa el orgullo que sintió al ver, siendo adolescente, a las Super Águilas derrotando a selecciones históricas como Brasil o Argentina.
"Esperanza"
El documental, que reúne entrevistas con antiguos jugadores y entrenadores, pero también muestra análisis de historiadores, insiste en la forma en que el equipo logró unir un país dividido en centenares de tribus.
Desde su victoria en 1980 en la Copa de África (CAN), pasando por la eliminación en octavos de final del Mundial EE.UU. 1994, hasta el título de 1996, el documental refleja cómo los momentos más gloriosos del equipo coinciden con algunos de las mayores atrocidades del régimen, dirigido por el general Sani Abacha.
"Sólo el fútbol podía hacer olvidar esos problemas", recuerda en el film Taribo West, antiguo defensor de la selección, señalando el "amor" de sus compatriotas por el fútbol.
"Necesitábamos héroes y el fútbol nos dio esos héroes", cuenta también el abogado e historiador Ed Keazor.
Para el estelar centrocampista Jay-Jay Okocha, quien como muchos de sus compañeros recaló en clubes europeos, los Juegos de 1996 dieron al país "la esperanza de que algo bueno podía emerger de una situación tan dramática".
"En el plano político era una catástrofe, nuestra reputación era catastrófica, pero eso cambió la imagen que muchas personas tenían de Nigeria", añade.
Mensaje para el presente
El país, bajo sanciones internacionales, no había podido participar en la CAN de 1996, justo antes de la cita olímpica, criticado por Sudáfrica, país anfitrión del torneo, por sus violaciones de derechos humanos.
"Pero el equipo hizo olvidar al mundo entero sus críticas contra Nigeria", explica el antiguo delantero Daniel Amokachi.
"Fue una medalla de oro para todos los africanos", indica Taribo West.
"Después de eso, otros países africanos comenzaron a creer que era posible", insiste Okocha. Camerún seguiría el ejemplo de Nigeria cuatro años después en los Juegos de Sídney.
El régimen militar llegó a su fin en 1999 tras la muerte de Abacha un año antes.
Un cuarto de siglo más tarde, el director del documental sostiene que aquella victoria contiene un mensaje válido para los tiempos actuales.
"Nos dice que no se puede definir a una nación por los actos de su gobierno, y creo que eso es verdad para numerosos países, y no sólo países africanos", defiende. (AFP)
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