Los 100 días transcurridos de aislamiento social obligatorio en el país, con el fin de evitar la propagación de la COVID-19, han generado una serie de efectos en la economía familiar de los peruanos, los cuales pasaremos a resumir.
Efecto en los ingresos
Más de la mitad de la población económicamente activa ha reducido sus ingresos habituales, ya sea porque se quedó sin trabajo, porque entró en suspensión perfecta de labores, porque disminuyó su remuneración fija, o porque antes de la cuarentena contaba con sueldo fijo más variable y ahora solo tiene el fijo, debido a la paralización de las actividades en su empresa.
Solo un pequeño porcentaje de los trabajadores mantiene su sueldo habitual de enero y febrero, principalmente quienes ganaban un ingreso fijo y laboran en actividades esenciales (supermercados, laboratorios, bancos, farmacias, etc.).
Efecto en los gastos
Si bien algunos productos de la canasta familiar se han encarecido, debido a su escasez o a factores especulativos, en la mayoría de los casos ello no ha ocurrido, por lo que, en general, los precios se mantienen.
Por otro lado, al estar más tiempo en casa, sí se han incrementado los gastos de algunos servicios básicos, como energía eléctrica y agua.
Sin embargo, el principal efecto del confinamiento para muchas familias ha sido la reducción de ciertos gastos habituales, entre los que destacan los siguientes:
- Reducción del gasto de transporte: quienes hacemos teletrabajo y respetamos la cuarentena, estamos invirtiendo mucho menos en combustible, taxis o pasajes de transporte público.
- Reducción de gastos de alimentación: al estar en casa, dejamos de almorzar o cenar en la calle, y comemos lo que se cocina en el hogar, que suele costar de 3 a 4 veces menos que un menú promedio de un restaurante.
- Reducción de gastos de entretenimiento: quizá involuntariamente, por las noches y los fines de semana hemos dejado de frecuentar y gastar en cines, teatros, discotecas, bares, karaokes, casinos, conciertos, etc., generando un ahorro en estos “gustitos” frecuentes.
Efecto en el endeudamiento:
Pese a lo anterior, es probable que nuestros ingresos se hayan reducido más que nuestros gastos, por lo que tenemos que recurrir al endeudamiento, destacando el uso de la tarjeta de crédito. La ventaja de esta herramienta es que nos permite disminuir al máximo la obligación a pagar, a través del “pago mínimo”. Sin embargo, su tasa de interés es la más alta del mercado, por lo que no deja de ser una “puerta de emergencia” que debemos “cerrar” apenas podamos.
Por el lado de nuestras deudas vigentes y las cuotas a pagar durante la cuarentena, todas las instituciones financieras han otorgado salidas a sus clientes a través de la reprogramación de sus obligaciones, en algunos casos incluso “congelando” las cuotas con “cero intereses”.
Adicionalmente, ya existen campañas especiales donde se posterga el pago de la deuda actual hasta septiembre u octubre, y se ofrece un plazo de pago de hasta 80 meses, reduciendo el valor de las cuotas a prácticamente la mitad.
Efectos en los ahorros e inversiones financieras:
Hasta el momento, no ha habido ningún efecto negativo en los ahorros de las familias en instituciones financieras, ya que todas vienen cumpliendo con el pago de los intereses ofrecidos por las cuentas de ahorros, depósitos a plazo o cuentas CTS.
Respecto de las inversiones financieras, estas sí se han visto golpeadas en su mayoría, sobre todo en los casos de instrumentos que dependían de los mercados de capitales del Perú y del mundo, como fondos mutuos, aportes voluntarios de AFP sin fin previsional, inversión directa en la bolsa de valores, entre otros. No obstante, el “golpe” más fuerte se produjo en marzo, y durante abril, mayo y lo que va de junio, se han ido recuperando las pérdidas obtenidas.
¿Qué debemos hacer?
En este contexto, conviene tomar algunas medidas para cuidar al máximo nuestro bolsillo, entre las que destacan:
- Hacer un “presupuesto de emergencia”: identifica tus ingresos actuales, haz una lista de todos los gastos en los que incurres, y ordena estos gastos del más importante al menos importante, con el fin de cubrir primero lo de mayor urgencia.
- No comprar de más: cuando vayas al mercado o supermercado, compra lo estrictamente necesario para la semana, en vez de adquirir impulsivamente cantidades enormes de productos. Adicionalmente, haz una lista de lo que necesitas comprar y respeta esa lista, dejando de adquirir productos por impulso.
- Reduce tus gastos en casa: el estar tanto tiempo en casa es una oportunidad inmejorable para analizar cómo podemos ahorrar en los gastos domésticos, y formar nuevos hábitos. Busquemos maneras de gastar menos en energía eléctrica, agua, gas, detergentes, etc.
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