“Si uno quiere trabajo tendrá que reinventarse a sí mismo de nuevo en algo diferente”. Yuval Noah Harari
“¿Cuánta gente perderá su empleo por la creciente automatización del trabajo en el futuro inmediato?”, se preguntaba el periodista de actualidad Andrés Oppenheimer. En su última obra Sálvese quien pueda, analiza la rápida automatización del trabajo y el uso cada vez más intensivo de robots que se preveía para los próximos 15 o 20 años, pero que, sin duda, se acelerará en la coyuntura que vivimos, originada por la COVID-19.
En contextos como los de una pandemia, es inevitable pensar que siempre será mucho más seguro usar un enfermero robot que pueda asistir a los pacientes sin riesgo de contagiarse. Además, podrá trabajar las 24 horas sin descanso ni necesidad de vacaciones y será relativamente más barato que mantener a una persona en ese puesto.
Esquemas tradicionales
El historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari manifiesta que “la idea de tener un puesto de trabajo para toda la vida es totalmente arcaica”. Una realidad que podemos comprobar, incluso, en países como Japón que, por muchos años, se caracterizó por tener un sistema de este tipo y donde la relación de la persona con la compañía se convertía en uno de los ejes vitales de su sociedad.
Este esquema laboral, muy arraigado en Japón, empezó a cambiar con el avance de la globalización. Así, se estima que, con el ingreso de empresas internacionales y la masificación del uso de robots, se reemplazará a mucha mano de obra técnica e, incluso, a profesionales de diferentes áreas.
Procesos automatizados
Muchas profesiones corren el riesgo de ser reemplazados por robots e inteligencia artificial (IA). Por ejemplo, los traductores hoy han perdido mucho terreno frente a los cada vez más sofisticados softwares de traducción. A su vez, los contadores ven su actividad cada vez más reducida por programas de contabilidad.
Otro ejemplo son los abogados, cuyos contratos podrán ser replicados con facilidad por ordenadores. Los guías turísticos, los agentes de viaje y hasta los médicos también corren peligro ante el avance de la nanotecnología aplicada a la salud y los robots que, en un futuro cercano, podrán realizar complicadas cirugías.
Reinvención permanente
¿Cómo adaptarnos y mantenernos vigentes en este nuevo escenario laboral? Según Yuval, “tendremos que reinventarnos a nosotros mismos en algo diferente”. Es preciso actualizarnos con más frecuencia, innovar y ser creativos para ser capaces de responder a las nuevas necesidades que aparecerán en el mercado laboral futuro.
Hasta la capacitación tendrá que reinventarse en forma y contenido para cubrir las nuevas necesidades de los profesionales del futuro inmediato. Por ejemplo, los nuevos ingenieros serán expertos en impresión 3D y los arquitectos diseñarán sus mejores obras en realidad virtual (RV).
Jeremy Rifkin señala que el fin del trabajo puede representar el principio de una gran transformación social. Thomas L. Friedman, columnista de The New York Times, manifiesta que nuestra generación la tuvo fácil porque solo tenía que buscar trabajos, pero la de nuestros hijos tendrá que inventarlos. El futuro traerá muchos cambios laborales y solo la reinvención permanente nos mantendrá vigentes. ¿Cómo has adaptado tu perfil profesional en el nuevo escenario? Cuéntanos tu experiencia.
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