Dentro de las efemérides de estos años, a fines del 2023, se cumplieron cien años del nacimiento de René Girard (1923-2015), filósofo, antropólogo e historiador francés, reconocido principalmente por su teoría de la mimesis, según la cual la imitación juega un papel fundamental en las relaciones humanas, acarreando diversos conflictos y, en última instancia, experiencias de violencia. Girard sostenía que los seres humanos tendemos a imitar los deseos de los demás. Cuando deseamos lo mismo que otras personas, puede surgir una rivalidad que escalará hasta convertirse en violencia. Para evitar esta espiral de violencia, las sociedades inventan un mecanismo: el chivo expiatorio. Un chivo expiatorio es una persona o grupo al que se culpa injustamente de todos los males y se elimina de la comunidad, restableciendo así la paz social.
La noción de “deseo mimético” nos hace recordar a uno de los fundamentos de la teoría del “estado de naturaleza” de Thomas Hobbes. Según el autor de “Leviatán” (1651), el origen de la enemistad entre los seres humanos está en el hecho de que los hombres desean lo mismo. En ese sentido, el aporte de Girard estuvo en poner de relieve al chivo expiatorio, en la medida que éste sirve como un foco de la violencia, desviando así la atención de las verdaderas causas de los conflictos. Al sacrificarlo, se restablece la armonía social y se oculta la violencia inherente a la condición humana.
Para Girard, el chivo expiatorio ha cumplido funciones diferentes de acuerdo con los fines de este. Por ejemplo, en la lógica religiosa, el pensador francés argumentaba que muchas religiones surgieron como una respuesta a la violencia mimética. Los mitos fundacionales de muchas religiones involucran un sacrificio expiatorio que restaura el orden social. En la dimensión histórica, Girard aplicó su teoría a acontecimientos como las persecuciones religiosas, las guerras y los genocidios, argumentando que en todos estos casos se utilizó la figura del chivo expiatorio para justificar la violencia. Finalmente, en el plano psicológico, esta teoría sugiere que la tendencia a buscar culpables externos es una característica fundamental de la naturaleza humana.
Para nosotros, los peruanos de esta época, ¿dónde se encuentra el “chivo expiatorio”? Depende del lugar cultural, social o político en el cual nos ubiquemos. Para unos, los migrantes extranjeros. Para otros, los que tienen cualquier color de piel. Asimismo, los de alguna clase social, práctica religiosa, acento; descendientes de migrantes foráneos o internos. Todos, potencialmente, podemos llegar a ser el “chivo expiatorio” de alguien; ser el objeto de culpa sobre el que cae el peso del sufrimiento. En tiempo de crisis integrales los desencantados de todo, los indignados por todo, están a la búsqueda de la cabra purificadora.
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